La realidad hoy incorpora retos nuevos que exigen nuevas respuestas

IMG_9187Es tiempo de nuevos liderazgos centrados en la persona, de incorporar las capacidades conjuntas de las organizaciones para hacer frente a la nueva realidad. No podemos seguir haciendo las cosas de siempre, como siempre. Debemos afrontar el futuro mirando de frente y no con el retrovisor. Las viejas recetas ya no sirven.

Esta es una de las tesis que defendía Elena Pisonero, presidenta de Hispasat,  en la sesión del Foro Empresarial Síntesis organizada por el Círculo, la Universidad de Alicante a través del Máster en Dirección de Empresas, y el periódico Abc Alicante en su 25 aniversario, con el tema “Liderazgo necesario”.

El signo de los tiempos es el cambio, decía Elena. La trayectoria está bien, pero el pasado pasó; el futuro lo empezamos a construir constantemente, y solo sabemos que será diferente al pasado, lo que exige estar observando constantemente el entorno para actuar, con una visión global porque nuestro entorno ya no es el tradicional más próximo: la globalización, condicionada por las comunicaciones, hace que lo lejano impacte aquí y ahora, en lo local. No tenemos tiempo que perder.

La velocidad de los cambios incorpora riesgos, pero también importantes oportunidades, teniendo en cuenta que terminaron los negocios fáciles; para hacer las cosas complejas no hay atajos: son necesarios el esfuerzo, la perseverancia, el trabajo duro, y poner en valor el conocimiento individual y agregado de las organizaciones.

Las cosas, por tanto, están cambiando y lo están haciendo a toda velocidad, rompiendo algunos esquemas sobre los que habíamos construido nuestro modelo de sociedad:

  • A mitad de los años 40 del siglo pasado comenzó una etapa brillante de desarrollo occidental: se ordenó el terreno de juego ampliando el mercado, sentando las bases de la globalización económica. Un mercado, sin embargo, que cada día es más asimétrico como consecuencia de la mejora de las comunicaciones.IMG_9198
  • El mercado se organizó a través de un conjunto de instituciones que funcionaban correctamente, pero al final del siglo XX este orden empieza a quebrarse con la entrada de nuevos jugadores –países emergentes- que son polos de poder que hacen que se replantee el orden mundial. Aparece la multipolaridad sin instituciones globales de referencia. El mundo se vuelve más incierto, con más riesgos.
  • En estos últimos años, la crisis hace que sigamos ensimismados en Europa tratando de entender qué nos ha pasado, mientras que otros países están avanzando mucho, sobre todo construyendo sobre el nuevo entorno digital que los emergentes han adaptado directamente, saltando todo el aprendizaje y la sustitución progresiva que hemos ido construyendo en nuestro entorno occidental y supuestamente más avanzado.

Existen en estos momentos, apuntaba Elena, seis grandes tendencias a nivel global:

1ª.- Geopolítica: las reglas están por escribir. Los criterios empiezan a no ser los “nuestros” (en 2030, cinco de las 10 mayores economías del mundo serán emergentes actuales).

2º.- Economía global: coherente con la tendencia anterior, en el mapamundi con el que trabajamos, el centro empieza a situarse en el Pacífico, desplazándose desde el Atlántico.

3º.- Innovación: el nuevo paradigma de producción está en la innovación y el talento. Se empieza a hablar de una nueva revolución industrial que va a generar desigualdad. Es necesario definir un sistema social nuevo con soporte en la educación, en el talento de las personas.

IMG_91794º.- Estructuras sociales: se detecta una tendencia creciente al individualismo con hiperconexión. Tiene ventajas e inconvenientes.

5º.- Demografía: con la aparición de nuevas clases medias en los países emergentes, e incremento de la presión sobre los recursos naturales.

6º.- Sostenibilidad: a consecuencia de las presiones demográficas, incremento de las crisis climatológicas y necesidad de conciencia creciente de sostenibilidad ambiental en un mundo diferente, en el que los jugadores nos son los acostumbrados.

Todo esto en un contexto muy condicionado por la tecnología, especialmente la relacionada con internet que en algún momento nos ha llevado a hablar de la realidad digital. Pero no hay una realidad física y una realidad digital; se superponen, se mezclan hasta formar una única realidad en la que vivimos: hoy 4.000 millones de personas tienen acceso a la Red de una manera cada vez más próxima y natural; estamos iniciando la tercera etapa de internet, la Internet de las Cosas, lo que aporta muchas oportunidades para todos. Tenemos capacidad y herramientas para gestionar con rapidez procesos mucho más complejos, con participación de todos. Lo digital hace que nadie esté ya en la periferia (Elena lo identificaba como conectividad ubícua).

Tenemos, por tanto, herramientas, medios, recursos y conectividad. Estamos en las mejores condiciones para abordar esos asuntos complejos, pero no hay atajos, se necesita trabajo y cooperación (“solos no vamos muy lejos”).

El liderazgo ya no se entiende mesiánico; la visión hoy tiene que ver con unir todos los recursos disponibles alineados en la misma dirección. El futuro, en opinión de la presidenta de Hispasat, está en manos de las organizaciones que giren en torno a las personas, que sitúen a las personas en el centro, que miren al frente y que tengan un tamaño competitivo porque, decía Elena, la iniciativa privada es la mejor para crear empleo, riqueza, para crecer, pero es necesario reforzar el músculo de nuestras empresas porque en este mundo global “el tamaño importa” (el tamaño medio de las empresas españolas es de 4,5 empleados, con un 95% con menos de 10 empleados. Necesitamos ganar tamaño para pasar de pequeñas a medianas empresas –más de 50 trabajadores-; ese es el punto que marca la diferencia; a partir de empresas medianas, nuestra capacidad para competir aumenta de manera considerable).IMG_9184

Y en este punto son imprescindibles las administraciones, que tienen que cambiar: es necesario que apoyen a los autónomos, la creación de empresas, pero con ambición de crecer. No se puede penalizar, como ocurre ahora, el aumento de tamaño.

Pero no es solo un problema de la administración. También necesitamos una evolución de algunos paradigmas básicos de nuestra cultura: necesitamos actitudes positivas y emprendedoras desde una visión de colaboración para crecer (necesitamos mejorar mucho el trabajo en equipo) de manera que ya en el coloquio Elena decía que no debemos tener miedo a fracasar; es importante aprender y volver a intentarlo, con liderazgos basados en la Empatía (saber escuchar, sin prejuicios, entender la posición del otro); en una Actitud de aprendizaje permanente, dispuestos a ampliar la visión tantas veces como sea necesario; con Respeto al otro, sin prejuzgar; y, por supuesto, Trabajando en equipo, única forma de reducir la incertidumbre en este entorno cambiante que es, sin duda, el signo que mejor identifica el tiempo que nos toca vivir.

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