- 29 marzo, 2015
- Publicado por: admin
- Categoría: Transformación digital

Este concepto está en la base del proceso de innovación, que no es otra cosa que la creatividad aplicada, transformada en productos, servicios o procesos capaces de satisfacer de manera más eficiente las necesidades y expectativas de los consumidores. Ser capaces de pasar del proceso creativo a su implantación real creando valor para todos los participantes, es el reto.
Y de cómo abordar ese reto se ocuparon Tino Barber y Patricia Torregrosa, de Innare, en el seminario “La innovación está en las personas” desarrollado el 27.03.15 en la Universidad de Alicante, organizado por la cátedra Prosegur de la UA en colaboración con Fundeun y el Círculo de Economía de la Provincia de Alicante, en dos partes: una primera de introducción teórica, dirigida por Patricia, y un ejercicio práctico de innovación, por grupos, con Tino Barber.
Patricia dejó perfectamente enmarcada su tesis al empezar la exposición: estamos en una nueva etapa en la que tenemos que repensarlo todo y para eso es necesaria la creatividad.
Hemos pasado de una etapa dominada por la agricultura (s. XVIII-XIX), a la etapa Industrial (s. XIX-XX), a la que denominamos Sociedad de la Información (final XX, primeros años s/XXI), a la etapa actual que podemos denominar Conceptual, caracterizada por
- Estamos en el tiempo de la Tecnología: internet de las cosas, biotecnología, impresoras 3D, realidad virtual, …, lo que puede llevar a la transformación completa de muchas industrias.
- Estamos en la época de la hiperconectividad, caracterizada por el conocimiento y participación en tiempo real de lo que ocurre en el mundo (el efecto mariposa es cada día más cierto como consecuencia de la práctica conectividad total que ya tenemos).
Sin embargo, lejos de lo que podría parecer –decía Patricia-, la tecnología nos humaniza, provoca una revalorización de lo artesanal, del contacto humano, de lo real, lo que nos lleva a
- El tiempo de las personas, con cambios sustanciales en la estructura de población que ahora conocemos (en 2010 se prevé la irrupción de 4.000 millones de nuevos profesionales de alto nivel, clases medias, procedentes de los actuales países emergentes, de manera que 7 de las 12 primeras potencias económicas del mundo eran Tercer Mundo hace apenas 20 años; el 71% de la clase media estará en Asia)
- Con un incremento sustancial, que ya observamos, del poder del individuo: exigimos transparencia, tenemos voz, podemos acceder con nuestro mensaje a un número de personas inimaginable a través de aquella hiperconectividad que nos da la tecnología, internet y las redes sociales.
- En consecuencia, adquiere importancia creciente una mayor autorrealización, el crecimiento personal, social y profesional. La gestión del talento se convertirá en uno de los mayores retos para las empresas.
- Una nueva era, por tanto, caracterizada por tres elementos clave: Creatividad, Tecnología y Personas.
Estamos volviendo a la simplicidad, a la empatía, al valor de la imperfección. En este mundo complejo necesitamos herramientas que nos hagan la vida sencilla; necesitamos herramientas y habilidades que nos permitan sintetizar la información; transformar esa gran cantidad de información en “información pequeña” que nos de pistas, que nos ayude a decidir poniendo siempre el foco –en la actividad empresarial- en las personas teniendo en cuenta que en esta etapa conceptual que acabamos de describir, el 80% de nuestras decisiones son emocionales, lo que exige soluciones de las empresas que aporten valor y generen significado para las personas. Hablamos, por tanto, de Innovación centrada en las personas, de manera que el futuro será de los que consigan el equilibrio entre el pensamiento creativo y el lógico-racional.
En este contexto de cambios rápidos y entornos cada vez más dinámicos, las organizaciones precisan de personas con actitudes creativas que dominen herramientas para resolver con agilidad y facilidad los retos ante los que se encuentran como empresa y sociedad en general
El Design Thinking o Pensamiento de diseño es un proceso que se utiliza en entornos de innovación y de resolución de problemas, que viene de la fusión de varias disciplinas y que supone un equilibrio entre los negocios y el arte, la estructura y el caos, la intuición y la lógica, el concepto y la ejecución, el espíritu lúdico y la formalidad, el control y la libertad.
- – Investigar (observar, entender, conectar la información)
- – Generar ideas (cuestionar, crear, tangibilizar)
- – Implantar las ideas (implantación ágil)
Se trata de una técnica que se usa tanto para innovar como para resolver problemas complejos a través de la colaboración (el futuro es CO, decía Patricia –colaboración, confianza, compartir, ecología) unida a la pasión (“haz algo que te apasione, en lo que seas bueno, y que pueda marcar una diferencia considerable” porque compites con el mundo y todos pretendemos llegar a los mismos clientes).
Si queremos innovar, lo primero que tenemos que decidir es ¿dónde?, en qué campos puedo marcar una diferencia apreciada por los clientes que me permita apropiarme de una parte del valor generado, teniendo en cuenta que para que esa innovación sea sostenible –genere valor compartido con el cliente durante un tiempo razonable- debe afectar a más de un área para evitar que pueda ser copiada con rapidez.
El segundo punto a considerar es el contexto (herramientas de análisis: diagrama de Ishikawa, DAFO, modelo de las 5 fuerzas de Porter, model canvas, etc.); debemos entender qué sucede, por qué sucede, cuál es la realidad, con qué recursos contamos, …
El tercer punto son las personas, ¿quiénes son las personas a las que nos dirigimos?, ¿qué sienten?, ¿qué les aporta valor?, para lo que tenemos que observar, conversar con ellas, empatizar.
El 4º punto, finalmente, es la inspiración (¿cómo abordar las soluciones?, ¿como lo han resuelto en otros países, mercados, sectores?, y a partir de ahí, construir nuestra propuesta).
De manera que la creatividad empieza con la pregunta, no con la idea; creatividad que aporte valor real a las personas a las que se dirige, lo que frecuentemente exige que nos salgamos de nuestra zona de confort. La creatividad exige mentes libres, abiertas, informadas y centradas en las personas porque el 80% de la decisión de compra, como ya se ha apuntado, es emocional. A la empresa le sobra racionalidad y le falta emoción. Y esto también se entrena:
- Con hábito, implantando la dinámica de dedicar tiempo a crear: dedicando tiempo y espacio para desarrollar la creatividad (marcar en la agenda días y horas para la creatividad en equipo, no solo cuando surge un problema).
- Con un dinamizador que coordine la sesión, que marque los tiempos de divergencia –generación de ideas- y convergencia –integración y selección de las más adecuadas-.
- Tangibilizando la idea. Es necesario experimentar la idea para detectar y corregir errores (maquetas, role play, infografía, bocetos, etc.)
- Y finalmente, implantando la idea, con metodologías para convertir la creatividad en innovación.
Y en esto consistió la segunda parte del seminario, en un taller práctico dirigido por Tino Barber de creatividad en equipo e implantación de las soluciones propuestas por el grupo.