- 20 diciembre, 2011
- Publicado por: Enrique Javier Fur
- Categories: El Círculo, Socios
Tras más de 130 años de historia vinculada al progreso de nuestra tierra y sus gentes, y unos últimos meses tristes desde que el 21 de julio pasado Caja Mediterráneo –en realidad Banco CAM desde el día anterior- fuera intervenida por el Banco de España, con el traspaso del negocio al Grupo Banco Sabadell parece que se abre una segunda oportunidad para que la que fue la entidad financiera principal de nuestra provincia pueda recuperar el ritmo, la velocidad, la imagen y la capacidad que la llevaron a convertirse en referencia imprescindible tanto social como económica de nuestra provincia, así como en toda la Comunidad Valenciana y en la Región de Murcia.
Referencia que desde el punto de vista social se ha concretado a lo largo de su amplia trayectoria en su lucha contra cualquier tipo de exclusión social o financiera, así como en su apuesta por las líneas de pensamiento y acción más avanzadas y su extensión desde un planteamiento solidario con la cultura, la integración social y el desarrollo sostenible de nuestro entorno.
Y desde el punto de vista económico, ha sido igualmente un lugar de encuentro para las personas particulares y para todo nuestro tejido empresarial, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, en sus deseos, ambiciones, necesidades y proyectos de futuro. El interlocutor serio, sólido y confiable necesario para el progreso económico y social.
Sin duda se han cometido errores de gestión porque de otra forma no se hubiera llegado a esta situación. Errores que difícilmente podemos juzgar desde el Círculo porque no han sido suficientemente explicados, aunque evidentemente han estado ligados básicamente a una vinculación excesiva en los últimos años al sector de la construcción en algunas operaciones que han podido tener –visto con la distancia que da el tiempo transcurrido- un carácter más especulativo que ligado a la promoción inmobiliaria prudente y adaptada a la realidad, como había sido siempre en la Caja.
Errores de este tipo también se han podido producir en la aplicación práctica de políticas que conceptualmente podríamos considerar coherentes con la situación de crisis generalizada de las economías occidentales, aún vigente. Me refiero al apoyo a la internacionalización de empresas de nuestro entorno que tenían también en la CAM, en sus servicios de comercio exterior y en su red de Oficinas y corresponsales en el extranjero, el aliado imprescindible para concretar sus modelos de negocio en otros países.
Algunas decisiones sobre adquisiciones directas en países en desarrollo o participación activa en grandes proyectos inmobiliarios dentro y fuera de nuestras fronteras, con resultados alejados de las hipótesis con las que probablemente se plantearon las operaciones, han contribuido igualmente, en mi opinión, a mermar la capacidad de una Institución que ha sido modélica históricamente por su trayectoria de gestión y apoyo a todos los colectivos de nuestra zona, y que estos últimos errores no nos pueden hacer olvidar.
Como empresario y cliente de la CAM que soy y he sido a lo largo de muchos años, debo decir que la comprensión que he encontrado en los sucesivos directores de Oficina con los que me he relacionado ha sido excelente y ha facilitado el crecimiento de mi empresa y nuestra capacidad para continuar en esta época de crisis. Y mi experiencia no es diferente a la de muchos miles de empresarios alicantinos, murcianos o valencianos que han confiado y en los que ha confiado la CAM a lo largo de estos más de 130 años.
La proximidad hace que las decisiones se puedan adoptar con más rapidez, con mayor seguridad y con fundamentos adaptados a la realidad del territorio que de otra forma resultarían más complejos.
En este sentido, dada la situación del Banco CAM en estos momentos, desde el Círculo de Economía de la Provincia de Alicante compartimos la satisfacción por el traspaso del negocio y la entrada en la gestión de un grupo sólido, fuerte, en gran medida complementario y experto en integraciones, como es el Grupo Banco Sabadell.
Con Banco CAM, el grupo gana posiciones en una zona (Comunidades de Valencia y Murcia, principalmente) y en un tipo de banca (minorista, con importante impacto en clientes particulares) que complementa su visión más tradicional del negocio orientado a empresas, especialmente a Pymes, con lo que si sigue su modelo tradicional de integraciones anteriores, manteniendo su vinculación a esta tierra podrá conseguir recuperar todo el potencial de negocio y servicio que CAM ganó a lo largo de toda su trayectoria y que solo en los últimos tiempos se había deteriorado.
Para ello, tras el paso fundamental que ya se ha dado de asegurar sin ninguna duda la continuidad del negocio de Banco CAM, ahora toca, en nuestra opinión, recomponer las relaciones con los dos grupos de interés básicos: los empleados y los clientes, y mantener vivo el impacto social del nuevo Banco CAM, lo que debe permitirle crecer desde las sólidas bases forjadas a lo largo de una historia muy larga de vinculación a nuestro entorno más próximo, solo lastrada, como he comentado, por un último periodo con algunas estrategias, políticas y tácticas que han resultado erróneas y han tenido las consecuencias que conocemos.
En el Círculo creemos, como apuntaba, que el Sabadell ha hecho efectiva una buena opción a la vez que ofrece a Banco CAM esa segunda oportunidad de seguir vinculado a esta tierra y seguir contribuyendo, con el resto del sector financiero, al apoyo a los emprendedores y empresarios para abordar la crisis e impulsar el crecimiento que deberíamos comenzar a apreciar en el corto plazo.
Y en cuanto a las tres líneas de actuación comentadas, el aprovechamiento por el nuevo Grupo de la importante capacidad directiva de banco CAM, desde los directores de Oficina hasta los responsables de los servicios de apoyo, tanto en gestión como en adaptación al entorno, así como despejar cuanto antes las dudas que pudieran existir sobre continuidad de la plantilla, es muy importante para integrar un activo fundamental, las personas de Banco CAM, sin el cual nada es posible. Y Banco de Sabadell entendemos que cuenta con toda la capacidad, la experiencia y la tradición para hacer muy bien esta parte del trabajo.
Invertir la imagen de debilidad transmitida en los últimos 2/3 años y recuperar la confianza de todos los clientes, es la otra labor que requiere atención inmediata. Y también esto entendemos que es posible si se corrigen algunos flecos que parecen pendientes tras la adjudicación. Me refiero concretamente a las cuotas participativas CAM en las que, según los últimos datos publicados, han invertido más de 50.000 clientes CAM y que tras los últimos acontecimientos y manifestaciones realizadas por los participantes directos en la adjudicación, podrían ver reducida a prácticamente cero su inversión por una situación que difícilmente entenderán muchos de ellos: las cuotas CAM no estaban incluidas en el negocio financiero de Banco CAM, lo que resulta sorprendente para gran parte de los cuotapartícipes que invirtieron en un producto estrictamente financiero, ligado a la más pura esencia de lo que en su momento fue Caja Mediterráneo y que ahora no entenderán que tenga un tratamiento diferente a otros productos financieros.
Y es cierto que aún formando parte de CAM, con la operación de adjudicación llevada a cabo, su valor teórico podría aproximarse a cero, pero un análisis más profundo podría concluir de manera diferente desde una visión global de cliente: probablemente una parte importante de esos cuotapartícpes formaban parte del núcleo más fiel de los clientes y prescriptores CAM, y la frustración por la pérdida completa del valor de su inversión, sobre todo cuando hubo un comunicado expreso de amortización anticipada a un precio determinado, puede llevarles a una pérdida de confianza en la nueva entidad que dificulte de herencia de la mejor tradición bancaria de CAM en todos los años previos a la situación de esta última etapa.
Muchos de estos clientes, como decía, difícilmente entenderán las condiciones de una escritura de adjudicación que de manera sorprendente excluye un instrumento financiero, las cuotas participativas, del negocio financiero de banco CAM. Y aunque éste no es un problema generado por el Banco de Sabadell, difícilmente se aislarán sus consecuencias de la actuación del Banco.
En consecuencia, en este punto entendemos desde el Círculo de Economía que las miras de la integración deberían elevarse más allá de la letra de la adjudicación del negocio de Banco CAM trasvasado al Grupo Banco Sabadell y contemplar al cliente en su globalidad. Y un gesto a favor de los cuotapartícipes, al menos los no especulativos, podría tener ese efecto deseado de recuperación total de la confianza en la nueva gestión del Banco CAM en el seno del Grupo Sabadell.
Finalmente, para continuar siendo motor de desarrollo de esta tierra, el nuevo Banco tiene una extraordinaria oportunidad de implicación en el tejido social y empresarial de Alicante si conecta con la tradición de apoyo de la CAM a través de la Obra Social que, transformada en Fundación, podría seguir vinculada expresamente al Grupo Sabadell, con aportación de recursos proporcional al resultado económico en el ámbito tradicional de actuación de CAM, y adecuación de los programas y actividades a los intereses e inquietudes sociales y económicas detectadas por el Banco en esta zona, que debería convertirse con el tiempo en uno de los pilares más sólidos del nuevo grupo bancario.
En resumen, la posición del Círculo de Economía de la Provincia de Alicante respecto a la adjudicación de Banco CAM al Grupo Banco Sabadell, es claramente positiva por lo que supone de eliminar las incertidumbres que en los últimos meses se cernían sobre una entidad financiera con tanta tradición en nuestra provincia como Caja Mediterráneo, ahora Banco CAM, e incorporar la capacidad de gestión contrastada del Grupo Banco Sabadell que, además, entiende perfectamente los problemas, las expectativas y las mejores soluciones para las empresas como motores de crecimiento económico y desarrollo social.
Contar con la plantilla CAM, que ha demostrado su profesionalidad incluso en tiempos tan difíciles como estos últimos meses; mantener próximos los centros de decisión; apoyar una solución para los cuotapartícipes que no se plantearon especular con las cuotas sino apoyar a su entidad financiera –ahora Banco de Sabadell-; y apoyarse en la trayectoria de la Obra Social para conseguir una rápida implicación en el tejido social de este territorio y mantener uno de nuestros principales focos de desarrollo social, son algunos de los retos importantes que el nuevo Grupo entendemos que debería plantearse para conseguir los objetivos que seguro que se ha propuesto con la integración del Banco CAM.
Solo me queda felicitar al Banco de Sabadell porque ha tenido la visión de integrar en excelentes condiciones una entidad, el Banco CAM, que de manera inmediata le aporta el tamaño necesario para competir en la primera división bancaria, y a medio plazo debe convertirse en una de sus principales vías de crecimiento y resultados, con una visión de desarrollo compartido y armónico con la sociedad, con nuestras empresas y con las personas de esta tierra.