- 21 marzo, 2014
- Publicado por: admin
- Categoría: Socios
Esta es una de las conclusiones de la jornada sobre “Responsabilidad Social Corporativa, oportunidades y realidades en nuestro entorno” organizada por el Círculo de Economía de la Provincia de Alicante y la Cátedra Prosegur de la Universidad de Alicante con participación de empresas comprometidas con el desarrollo sostenible de la sociedad en todos sus aspectos, y organizaciones solidarias y gestoras muy eficientes de los recursos de todo tipo que puedan contribuir a eliminar las causas de exclusión aún muy extendidas en nuestra sociedad.
Participaron La Fundación Prosegur, la Fundación Marjal, la Fundación Jorge Alió, la Fundación Levantina y la Fundación la Caixa en representación de las empresas que entienden la RSC como un compromiso implícito en la estrategia básica de la compañía, coordinados por Eloy Martínez Parra, profesor del Máster en Gestión y Dirección de RRHH de la UA; y la Fundación San Francisco de Borja (Centro San Rafael), APSA, Cáritas, Centro Natural el Cerezo y el Comité Pacha Mama de solidaridad con Perú, coordinados por el experto en cooperación Kike Romá.
Abrió el acto la profesora Reyes González, directora de la Cátedra Prosegur, que hizo énfasis en la importancia de que las empresas adopten un enfoque estratégico de Responsabilidad Social, lo que favorece un crecimiento inteligente, sostenible e integrador tanto a nivel individual como agregado, para extender este enfoque desde la empresa privada al sector público y específicamente a las Universidades, desarrollando el programa específico de RSC de la Universidad de Alicante, que debe convertirse en un modelo para las empresas (no solo decimos lo que es correcto, sino que empezamos haciéndolo, que es la mejor forma de dar credibilidad a nuestras propuestas).
A continuación, el director del convenio del Círculo de Economía con la Universidad, profesor Francisco Monllor, centró su intervención en el compromiso con el desarrollo económico, social y medioambiental como una responsabilidad de las empresas que cada día exige con más fuerza la sociedad, y que poco a poco va calando en las compañías desde la convicción de que los resultados clave de una empresa solo pueden ser consecuencia de clientes satisfechos, empleados comprometidos y contribución al desarrollo social; esto es, una política clara de Responsabilidad Social Corporativa.
Política que el moderador de la primera de las dos mesas redondas que constituyeron la sesión, Eloy Martínez, afirmaba que es necesaria para asegurar el crecimiento de las empresas, de manera que aquellas que no sepan entenderlo, tendrán muchas dificultades para sobrevivir. La RSC, por tanto, se constituye así en una oportunidad para las empresas.
La primera intervención de la primera mesa –empresas comprometidas- corrió a cargo de Mercedes de la Borbolla, Directora de la Fundación Prosegur, que tras presentar brevemente la compañía (Prosegur es una empresa presente en 17 países, con 150.000 empleados, que ofrece soluciones globales de seguridad a administraciones, empresas y personas, y en la que la Fundación Prosegur constituye la expresión más evidente de su plan de RSC) centró su intervención en explicar las líneas de actuación principales de la Fundación.
La Fundación Prosegur ha evolucionado desde una orientación cultural anterior a un orientación social acorde con las necesidades de cada uno de los entornos en los que desarrolla su actividad, con una focalización concreta (decía Mercedes “no es posible dedicarse a todo si se quiere ser eficiente”): solo actúan en países donde están presentes como empresa y en el campo de la educación como focalización prioritaria porque entienden que la educación es el motor del cambio, y esto lo hacen tanto a nivel interno (programa amplio de becas para hijos de empleados), como externo a través de un completo programa de cooperación al desarrollo con implicación directa de su plantilla en la selección y seguimiento de escuelas que abordan en cuatro fases consecutivas: reconstrucción, nutricional, educación y deportiva, con énfasis especial en el voluntariado corporativo y en el apoyo de la incorporación de personas con discapacidad intelectual al mundo laboral.
Finalmente la directora de la Fundación Prosegur incidía en la necesidad de que la RSC emane directamente desde la más alta dirección de la compañía; en otro caso, es imposible su consolidación dentro de la empresa.
A continuación Javier Fur, Director General del Grupo Marjal, expuso las líneas de actividad de la Fundación Marjal, plasmación más evidente de la orientación social del Grupo desde la convicción de que una organización que no se comprometa con la sociedad no tiene futuro, que son consecuencia de una filosofía de la RSC que se integra en la estrategia y en las operaciones diarias de la compañía a partir de los valores acuñados por los fundadores del Grupo hace ya 35 años: somos partícipes de la sociedad y nos comprometemos con su desarrollo, especialmente en tiempos de crisis, decía el director del Grupo.
A continuación, Javier explicó brevemente la trayectoria social del Grupo desde su inicio hasta la creación de la Fundación en 2010 y su certificación GRI, con detalle de algunos proyectos en marcha, como el Observatorio de la Sostenibilidad de la Provincia de Alicante, con el objetivo de conocer y poner en valor el ecosistema alicantino y promover una cultura de sostenibilidad medioambiental en la población; la integración social y cultural en nuestra comunidad de personas procedentes del norte de Europa con el fin de evitar guetos que en algunos casos se llegan a producir, buscando los beneficios de la fusión de culturas para el progreso conjunto; cooperación para el desarrollo, en colaboración con la Fundación Carpio Pérez en Tanzania, centrada en el papel de la mujer y su desarrollo en un poblado completamente rural, sin agua ni luz y de cultura 100% massai, concretamente en la aldea Arkaria; patrimonio arqueológico, en colaboración con el Ayuntamiento de Guardamar, para recuperación de los restos arqueológicos de la Rábita Califal; los premios de edificación saludable con la UA, y las ideas para una Europa sostenible con la UMH; o la más reciente Cátedra Marjal Healthy, la primera cátedra de carácter internacional con que cuenta la Universidad de Alicante, pionera en estudios integrados de edificación saludable.
María López, Presidenta Ejecutiva, y Balbino López, Director Gerente de la Fundación Jorge Alió, explicaron a continuación las grandes líneas de la trayectoria y situación actual de la Fundación Jorge Alió para prevención de la ceguera, que concreta la orientación a la RSC de Vissum Corporación, cuyo objetivo es el fomento de la investigación, docencia y corrección de enfermedades oculares, especialmente en personas con riesgo de exclusión, colectivos desfavorecidos, población infantil y personas mayores. Con acciones a nivel provincial, nacional e internacional. Y aún con las dificultades que entraña la crisis y que impactan con dureza también en las dotaciones presupuestarias de las Fundaciones, decía María que con fe, profesionalidad y trabajo, los proyectos salen.
Balbino detalló algunas de las líneas de trabajo de la fundación tanto en el área de asistencia sanitaria –origen de la fundación-, como en el área docente –actividades para profesionales de la oftalmología pero también, en el ámbito de la prevención, para empresas-; área de I+D+I, con estudios epidemiológicos, uso de nuevas tecnologías, etc.; área cultural, principalmente a través del certamen nacional de pintura “Miradas” –con el objetivo de sensibilizar sobre la importancia de la salud visual-, que ya está en la 9ª edición; cooperación internacional, centrada desde 2007 en Mauritania, en una primera fase con revisión oftalmológica a niños para pasar también a personas mayores, incorporando la cirugía; o el área de voluntariado, en todas las áreas de trabajo de la fundación.
Tomó la palabra a continuación Yolanda Linares, de la Fundación Levantina, una fundación joven con apenas tres meses de existencia pero que se apoya en la amplia trayectoria en actividades solidarias realizada por el Grupo Levantina de Novelda –compañía que trabaja todo el proceso de la piedra natural: minería, transformación y distribución-, centrada en el fomento de la economía social y desarrollo del espíritu emprendedor y empresarial, la difusión del conocimiento de la industria de la piedra natural y la defensa del medio ambiente y la generación de valor ambiental y social.
La Fundación plantea dos orientaciones simultáneas de su acción social que confluyen en un único objetivo: generar valor para la sociedad por medio de acciones externas que implican al propio personal de la compañía. Para ello, la fundación busca en primer lugar el compromiso de los empleados, que son los que seleccionan algunas de las acciones que finalmente la Fundación abordará (recogida de alimentos para el Banco de Alimentos; recogida de juguetes en Navidad; patrocinio de actividades deportivas con recaudación para Cruz Roja, etc.). Y para conseguir ese compromiso, decía Yolanda, la RSC hay que empezar haciéndola en casa, fomentando la conciliación, el orgullo de pertenencia, el desarrollo del talento, la comunicación interna, la cultura de prevención laboral, etc. para construir con los empleados un modelo de RSC que apoye la reducción del impacto ambiental de las actividades de extracción, donación de material de construcción a entidades y para actividades solidarias, básicamente en este primer año en el ámbito local; así como el fomento de la economía social, la mejora de la cualificación de los jóvenes profesionales del sector extractivo, o el apoyo al emprendedor dentro del sector de la piedra natural (talleres artesanales, escultura en mármol, etc).
Esta primera mesa terminaba con la intervención de Lourdes Toribio, gestora de la Fundación La Caixa, que explicó las grandes líneas de la Fundación desde el concepto de que la actividad de la Obra Social La Caixa que se desarrolla a través de la Fundación no es un complemento de la actividad financiera, sino que forma parte de la esencia misma del Grupo, del que es inseparable desde hace más de 100 años y que se nutre de una parte importante de los beneficios de aquella actividad financiera. De hecho, en estos años de crisis, la decisión de su Consejo ha sido la de dotar con al menos 500 millones de euros anuales para el mantenimiento y las actividades de la Obra Social que ellos denominan “el alma de la Caixa”, y que por razón de la crisis destinan en estos momentos en un 70% a resolver o paliar problemas sociales.
Lourdes hizo una rápida exposición de las líneas básicas de los programas sociales de la Fundación, así como de la colaboración con asociaciones como las que integran la siguiente mesa redonda, lo que les permite ser más eficientes en la asignación de recursos y llegar a lugares a los que no puede llegar directamente la Caixa. Habló del voluntariado corporativo –también la Caixa valora en gran medida el compromiso individual de sus empleados- y el apoyo al voluntariado social y medioambiental; de sus programas de salud –prevención y tratamiento de enfermedades como VIH, Parkinson, etc.-; de Microbank, para financiar programas de apoyo a la economía social; de sus convocatorias anuales de ayudas a entidades que desarrollan proyectos solidarios, dotados con 40 millones de €/año, que ofrecen la capilaridad que le falta a la Caixa; el programa Incorpora, que vincula el tejido social con el empresarial; para finalizar explicando la alianza empresarial que mantienen para la vacunación infantil. Lourdes terminaba citando a Nelson Mandela cuando afirmaba que “desafortunadamente, la vida o muerte de un niño depende del sitio donde nace”.
Inmediatamente se constituyó la mesa de asociaciones, moderada por Kike Romá, experto en cooperación y sin duda uno de los mayores conocedores de las situaciones de exclusión tanto a nivel global como en nuestro entorno más próximo. Con Kike, la mesa estaba compuesta por representantes de la Fundación San Francisco de Borja (Centro San Rafael), APSA, Cáritas, Centro Natural el Cerezo (empresa de inserción), y el comité Pacha Mama de solidaridad con Perú.
Kike comenzó situando lo que hemos denominado 3er. Sector para identificarlo con la realidad social en que se desarrolla, en colaboración necesaria con el resto de entidades económicas con las que comparte espacio social desde la convicción, decía, de que ni el compromiso social es propiedad de las entidades sociales, ni la gestión profesionalizada es propiedad de la empresa. Incorporar las mejores prácticas de unas a otras entidades supondría, sin duda, un avance importante.
Este tercer sector tiene una importancia crucial en la corrección de desequilibrios sociales, y tampoco es en absoluto descartable su importancia económica en nuestro país: está formado por una gran cantidad de pequeñas entidades con un papel relevante en el desarrollo social, cubre el 3,5% del mercado de trabajo a nivel nacional, con un 75% de mujeres, con alto nivel de estudios y solo un 63% en jornada completa (por un 87% en empresas); genera el 1,62% del PIB Nacional, depende en un 60% de financiación pública, y solo el 40% de estas empresas audita sus cuentas, lo que apunta a debilidades que son básicamente retos de futuro: mantener los altos niveles de confianza de la ciudadanía en su actuación, poco desacreditada salvo algún caso puntual; mejora de su autonomía financiera a través de la diversificación de sus fuentes de ingresos; y abordar la innovación, el refuerzo de la misión y el diseño de la estrategia como pasos para alcanzar un futuro más estable.
Tras las presentaciones de Kike, inició la mesa Ana Carratalá, directora del Centro San Rafael (Fundación San Francisco de Borja), que recalcó los 30 años de compromiso del Centro con las personas con discapacidad intelectual, con un objetivo permanente: la conquista de la dignidad de la persona con discapacidad (como decía Ana, “el reconocimiento de que nuestro mundo es mejor porque tú existes” o el concepto de que la diversidad funcional –en la que todos estuvimos y tarde o temprano volveremos a estar- mejora el mundo). Todas las personas compartimos una misma aspiración, una vida plena y feliz, para lo que las personas con discapacidad necesitan más apoyos, pero con el mismo objetivo: una vida plena, frente a la que en muchas ocasiones encuentran, una “vida plana” sin sabor, sin brillo, rutinaria, prescrita… 30 años caminando hacia ese sueño: ser facilitadores de vidas plenas, generadores de oportunidades para las personas con discapacidad.
La Fundación ofrece tres tipos de servicios: Residencia para 60 personas; Centro de día, para 40 personas; vivienda Maldonado, para 7 personas, todos con alto grado de dependencia, escasa red familiar y, en general, mayores, lo que exige un mayor nivel de apoyos. El Estado está relajando progresivamente su responsabilidad en el desarrollo de estas personas pero, decía Ana, no queremos volver al estado paternalista; queremos el compromiso del Estado, pero también el de las empresas y la sociedad para completar la atención básica de estas personas hacia esa vida plena a la que tienen todo el derecho.
A continuación Carlos Giner, director gerente de APSA, comenzó definiendo APSA como una entidad sin ánimo de lucro declarada de utilidad pública, creada en el año 1962 con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual de la provincia de Alicante, ofreciéndoles el mayor apoyo posible a lo largo de todo su ciclo vital. Atiende a más de 2.000 personas anualmente, consiguiendo la integración en la sociedad de un gran número de personas con discapacidad en nuestra provincia, con más de 200 personas ocupadas en sus centros especiales de empleo (Avimar, Limencop, Terramar), el 90% de ellas con discapacidad.
Y como una imagen vale más que mil palabras, se incorporó con Carlos a la presentación un trabajador de APSA, Quique, diagnosticado con Síndrome de Asperger a los 15 años que, con apoyos de APSA, aprendió un oficio: informático, y hoy es trabajador de APSA y con 24 años es supervisor informático del Grupo, con más de 300 ordenadores a su cargo, y responsable de las prácticas en APSA de muchos estudiantes universitarios o de formación profesional ordinaria. En la Universidad de Alicante, integrados en el centro especial de empleo Limencop, hay 50 trabajadores de APSA, con un excelente rendimiento y calidad en el trabajo comparable con las mejores prácticas de su sector. Las dificultades por las que atraviesa la administración hacen, como en el caso del Centro San Rafael, cada vez más necesaria la implicación directa de la sociedad civil (empresas y particulares) en el mantenimiento necesario del servicio profesional y de apoyo de APSA a las personas con discapacidad de nuestra provincia.
Jaime Pérez, Presidente de Cáritas Alicante, habló con mucha claridad de la realidad de la pobreza y la exclusión en nuestra provincia (más de 100.000 personas en Alicante, explicaba), desde el conocimiento directo, personal, de las caras de la pobreza. Para Jaime, la centralidad en la persona es básico, primero desde la atención primaria, aunque su mayor objetivo es el desarrollo de la persona. Decía el presidente de Cáritas que en el mundo hay más de 1.000 millones de personas en estado de pobreza. La Responsabilidad Social está creciendo, pero tiene aún mucho recorrido y debe comenzar desde las personas; los jóvenes son fundamentales, son los pilares del futuro.
Entre todos los programas que desarrollan, Jaime hizo mención especial a dos de ellos: Personas sin hogar, de visita nocturna a las personas que duermen en la calle (más de 100 solo en la ciudad de Alicante), a las que se visita los viernes por la noche entre las 22 y las 3 h. para llevarles ropa, bocadillos, …que agradecen especialmente la visita porque se hacen visibles. Y la Casa Veritas, para enfermos en fase avanzada de VIH, alejados de sus familias. Jaime invita a los jóvenes a participar como voluntarios en estos y otros programas solidarios de Cáritas a través de sus 168 parroquias y 38 centros de acogida.
Continuó Nieves Ramos, Presidenta del Centro Natural el Cerezo y de la Federación de Asociaciones de Empresas de Inserción Social, entidades que están a caballo entre la empresa y la cooperación, con itinerarios profesionales personalizados para cada persona con el objetivo de llevar a esas personas en riesgo cierto de exclusión al mercado ordinario de trabajo, lo que constituye su primer objetivo: lograr el paso de la empresa de inserción a la empresa tradicional y, como segundo objetivo, conseguir que las personas y empresas adquieran un número creciente de productos y servicios a las empresas de inserción, que no tienen ánimo de lucro, de manera que destinan sus posibles beneficios a potenciar su objetivo básico: la creación de empleo para personas en riesgo de exclusión.
El Centro Natural el Cerezo está consiguiendo no solo mantenerse sino crecer en un entorno tan competitivo como el que tenemos, en base a un servicio excelente a empresas y particulares de los que obtiene el 80% de su facturación, con solo el 20% de subvención por parte de la Administración por el tiempo dedicado a formación de las personas en tránsito e inserción. Nieves terminó animando a los universitarios asistentes a crear empresas de inserción en la U.A., para lo que ofreció todo el apoyo que necesiten desde el Centro el Cerezo.
Finalmente, Miguel Romá, Presidente del Comité Pacha Mama de solidaridad con Perú, cerró la jornada reflexionando en torno a dos datos muy clarificadores: en el denominado primer mundo vive un 15% de la población que aglutina el 85% de la riqueza mundial, llevando a una situación insostenible para el llamado tercer mundo que hace necesario un mayor énfasis en la redistribución de la riqueza, empezando con acciones tan simples como concretar el 0,7% del PIB de los países ricos para cooperación internacional, tal como recogen las recomendaciones de la ONU en la Declaración Universal de los Derechos Humanos que data de hace ya más de 50 años. Decía Miguel que se ponen vallas que atraviesan las mercancías pero no las personas.
El Comité Pacha Mama de solidaridad con Perú lleva más de 25 años trabajando en un distrito muy pobre de Lima, “el Agustino”, desde la convicción de que no hay primer y tercer mundo, es el mismo mundo, son países empobrecidos –decía Miguel- por nuestra avaricia; eufemismos para aislarnos de una realidad que deberíamos sentir nuestra y en cuya solución nos deberíamos comprometer institucional y personalmente, lo que en estos momentos, con la crisis, se ha complicado adicionalmente al haberse cerrado prácticamente la cooperación internacional, lo que está afectando a las organizaciones más pequeñas que tienen grandes dificultades para sobrevivir y poder avanzar en la misión que se propusieron