Alternativas agrícolas para el suelo

TM Grupo Inmobiliario, una de las principales empresas del sector de construcción de vivienda turística de la Comunidad Valenciana, ha decidido no quedarse con los brazos cruzados. Hace dos años, ante las perspectivas del mercado inmobiliario, decidió hacer algo productivo con parte de su patrimonio de suelo. En vez de casas ahora planta alcachofas, limones, cebollas, brócoli, naranjas y lechugas en 312 hectáreas de suelo -más de tres millones de metros cuadrados- repartidas entre Almoradí, Los Montesinos y Murcia. No, no se han pasado de negocio. TM, con sede en Torrevieja, es una de las pocas promotoras que ha sobrevivido aquí al «batacazo» del sector de la construcción, haciendo realidad aquello de la «diversificación». Además de seguir vendiendo casas en Alicante, Almería, Murcia o Baleares, cuenta con promociones en marcha en el litoral de México y Brasil, y ahora produce, además, unos dos millones de kilos de cítricos, entre otros productos agrícolas, cuyo destino más conocido son los supermercados de Mercadona.

Esta línea de «diversificación» ofrece buenos resultados y crea empleo, «dos motivos rotundos» en estos «tiempos difíciles» para continuar trabajando y fomentando «la competitividad en la agricultura», explican desde la empresa. Su principal explotación es la situada en La Finca Las Moreras, a caballo entre Almoradí y Los Montesinos con 198 hectáreas. «A través de una reconversión varietal de cítricos y una optimización de recursos el modelo de negocio se presenta cada vez más atractivo», explican. En una superficie de 107 hectáreas se cultivan 30.000 árboles en variedades diferentes de mandarina (Oronules y Nova), naranja (Navelate, Barnfield y Powell) y limón (Fino y Verna)», que se convertirán durante el transcurso de esta «reconversión varietal» en 50.000 árboles, incorporando además al pomelo.

Durante los dos últimos años «de dedicación agrícola» se ha hecho una inversión en torno a 1,2 millones de euros destinados «a la optimización de los recursos y adecuación a la normativa europea que nos permitirá obtener una producción por hectárea mayor y con productos de mejor calidad».

Además, la misma finca cuenta con otras 90 hectáreas en arrendamiento para cultivo de hortalizas como la alcachofa – el producto estrella en estos momentos en toda la huerta de la Vega Baja porque es uno de los pocos que cubre gastos y da beneficios- , con una desaladora con cabida de 1.000 metros cúbicos diarios, una capacidad de almacenamiento de recursos hídricos para 200.000 metros cúbicos y un sistema de riego concebido para el ahorro de agua. Además de Las Moreras la empresa cuenta con otra finca en la Región de Murcia -El Carmolí en Los Urrutias de Cartagena-, 60 hectáreas de suelo agrícola donde en verano se produce melón cantaloupe y en invierno varias variedades de lechuga.
Y en la Finca La Juliana (Almoradí), con una superficie de otras 55 hectáreas, se cultiva anualmente cebolla que también se asegura la venta en supermercados como Mercadona. La inversión en patrimonio de suelo, ya fuera para destinarlo a la construcción como preveían inicialmente en la mercantil o para retomar su antiguo uso agrícola como alternativa productiva rentable en vez de construir viviendas sin salida, ha sido un activo muy importante durante la larga trayectoria de esta empresa.

(Publicado en el periódico Información)



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