- 6 abril, 2015
- Publicado por: Carmenojeda
- Categoría: El Círculo

En el post anterior (Tienes el jefe que te mereces – 1ª parte), veíamos los 5 primeros consejos para mejorar las relaciones con tu jefe. Hoy veremos las 5 claves restantes.
Soy consciente de que algunas de ellas pueden hacerte saltar: “¡Si, hombre! ¿Por qué tengo YO que hacer eso? ¡Que lo haga él, que para eso es el jefe!”.
Ante eso, solo se me ocurre una pregunta que hacerte: “¿qué es más importante para ti: tener razón y quedar por encima o construir un tipo de relación que te aporte beneficios y mejore tu posición en la empresa?
No hay una respuesta correcta. Las dos son válidas. Pero toma conciencia de que elijas lo que elijas, será tu propia decisión y tendrás que aceptar las consecuencias, buenas y malas, que eso suponga. Ah! Y no olvides que como decimos los coaches, “no tomar ninguna decisión, ya es decidir”. O sea que si caes en la tentación de dejar las cosas como están, igualmente será tu propia decisión.
Vamos allá con los 5 consejos restantes:
6) Sé leal, respetuoso y comprometido
Hay muchas razones por las que tu jefe es tu jefe y no es al contrario. Puede que pienses que ha tenido suerte, pero lo normal es que tenga cualidades que tú todavía no tienes y que le hacen más apto para el puesto que tú. Si aceptas esto, decides ser leal y comprometido con él, él lo será contigo. No hagas movimientos a sus espaldas o le hagas “by-pass”. Sé honesto, directo y transparente. Soluciona las cosas con él antes que ir hacia arriba en la jerarquía. Es útil también tener un mentor o coach que te pueda orientar en estos casos. Sé consciente de cómo hablas de tu jefe porque eso se volverá contra ti.
7) Comunica todo lo que puedas y evita las (malas) sorpresas
La comunicación de calidad, oral o escrita, es la base para poder gestionar tus relaciones con tu jefe. Debes hacer que tu comunicación se adapte lo más posible al estilo de tu jefe: pregúntale cómo le gusta que le informes, pídele feedback. No esperes a la revisión anual del desempeño para saber lo que piensa. Cuando recibas ese feedback, no te justifiques, ni contra-argumentes, ni te lo tomes de manera personal, tanto si es positivo como si es una sugerencia de mejora. Si alguna vez tienes malas noticias que darle (por ejemplo un plazo no cumplido) lo mejor es decírselo cuánto antes, desde el mismo momento en que tengas la primera sospecha de que algo va a salir mal. Evita las malas sorpresas cuando ya no es posible remediarlas. Una de las peores situaciones es que se entere de las malas noticias justo antes de entrar al Comité de Dirección. Evita que eso ocurra siempre que esté en tu mano.
8) Aporta soluciones en vez de problemas
Los problemas son consustanciales al trabajo. De hecho, trabajar es en su mayoría un ejercicio de resolución de problemas, superación de obstáculos y retos. Es lo mejor que te puede pasar, porque eso te dará la oportunidad de demostrar lo que vales. Si eres proactivo proponiendo ideas y soluciones, demuestras que has reflexionado sobre el tema y que te importa.
9) Muestra tu desacuerdo y comprométete
Puedes no estar de acuerdo siempre con tu jefe. Puedes y debes tener tu propia opinión, pero asegúrate de que está fundamentada en argumentos sólidos y análisis rigurosos, con ejemplos concretos. Eso hará que te respete aún más, porque aportas nuevos puntos de vista con solidez. Incluso si al final se opta por sus ideas, si te comprometes con su solución y no con la tuya, te valorará todavía más. No discutas con tu jefe por discutir o para impresionar a tus colegas. Eso va a minar tu credibilidad.
10) Expresa tus preocupaciones, no te las calles
Expresa tus preocupaciones de forma clara y educada cuando sea necesario. Mantente firme. Si estás haciendo lo mejor que puedes y estás convencido de ello, no te dejes avasallar. Es mejor que preguntes y trates de comprender qué no funciona, en lugar de sufrir en silencio y responder con rabia cada vez que tratas con tu jefe. Puede que no siempre funcione pero al menos lo habrás intentado. Si lo haces de forma respetuosa, controlando tus emociones, te ganarás su respeto.
A lo largo de mi experiencia profesional en empresa, he visto pocas personas comportarse según este decálogo. Te puedo asegurar que aquellas que sí lo hacían, fueron las que destacaron en sus puestos. Porque aplicar estos consejos va más allá que gestionar la relación con un jefe. Lo que demuestra es una actitud ante la vida de responsabilidad, solidaridad y pensamiento constructivo. Y eso, te llevará donde tú quieras.
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