Sobre la integración de Banco CAM en el Grupo Sabadell

Decía Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell, inmediatamente después de conocer que la Comisión Europea ha autorizado la adquisición de CAM por el Grupo Sabadell, que se trata de una buena noticia, “la primera que oigo en 30 días y quizá en el último año”.

Estamos de acuerdo; desde el Círculo de Economía de la Provincia de Alicante coincidimos con la apreciación del presidente del Sabadell. Se trata de una excelente noticia tras muchos meses de inquietud e incertidumbres que el entorno no hacía sino complicar, con percepciones y con hechos que en nada estaban ni están ayudando a la necesaria estabilidad que el sistema financiero necesita para desarrollar correctamente su labor. Y ya hemos defendido en otros momentos que sin un sistema financiero fuerte, la recuperación es mucho más difícil.

Y aunque también anunciaba que la integración tecnológica, operativa y completa no se producirá hasta diciembre próximo, la realidad es que Banco CAM ya forma parte del Grupo Banco Sabadell, e incorpora la seguridad, los conocimientos, la forma de hacer de un gran Grupo que, como también decía Oliu,  será mucho más fuerte tras la integración de CAM.

Pero la tarea, evidentemente, está aún muy lejos de terminar.

Probablemente, durante estos últimos meses los equipos del Sabadell y de CAM han estado trabajando juntos en preparar el arranque del nuevo banco CAM, así como del futuro Sabadell-CAM. Ahora toca la parte más difícil.

Hasta ahora era “el libro”. Ahora es la realidad. Y la realidad son los clientes particulares, las empresas, los empleados y, en general, todo el entorno social que rodea a CAM especialmente en sus territorios históricos y que ha crecido en gran medida con CAM, salvo este borrón al final de más de 130 años de historia.

Banco Sabadell tiene de nuevo la oportunidad de restablecer el equilibrio casi perfecto que se había producido entre CAM y Alicante (también con toda la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia y las Islas Baleares), reparando las grietas producidas y ayudando a construir el futuro de nuestra tierra sobre sólidas bases pasadas.

Los retos son, desde nuestro punto de vista, los cuatro enunciados: particulares, empresas, empleados y entorno social.

–       Resintonía con los clientes particulares, la base fundamental de lo que fue CAM en el pasado. Y eso pasa por transmitir seguridad por encima de cualquier duda, así como por buscar soluciones a algunos problemas importantes ocasionados a clientes, no siempre plenamente conscientes de los riesgos en que incurrían (tampoco los empleados, que cuando vendían Cuotas, vendían una participación en “su Caja”, en lo que ellos consideraban más seguro).

Me refiero principalmente a las Participaciones Preferentes y a las Cuotas Participativas. Gestos positivos en ambos productos mostrarían, sin duda, sensibilidad hacia colectivos de clientes muy importantes y muy vinculados a CAM, y que podrían serlo también del Sabadell.

–       Apoyo al tejido productivo de esta tierra. Esta es una de las señas de identidad que preceden al Sabadell y ahora tiene la gran oportunidad de mostrarlo aquí, en lo que fue territorio CAM.

Facilitar el flujo del crédito hacia las empresas es fundamental para la recuperación agregada, que no es más que la suma de las recuperaciones individuales de las empresas y las familias. Si el crédito fluye hacia la economía productiva facilitando el despegue progresivo de la actividad y el empleo y, en consecuencia, el consumo, el Banco estará contribuyendo realmente al progreso de nuestro entorno para convertirse en el interlocutor respetado, junto a otros intermediarios financieros, que nunca debimos perder.

–       Confianza en los empleados de la anterior CAM, un buen equipo de profesionales que a lo largo de muchos años había situado a la Caja en una excelente posición, deteriorada irremediablemente por la evolución tan negativa del entorno y, sin duda, por errores graves en algunas decisiones tanto estratégicas como tácticas, en ningún caso imputables a una plantilla en la que la lealtad a la marca y a los clientes han sido un signo inequívoco de identidad, como hemos podido comprobar los que hemos sido clientes a lo largo de muchos años.

Recuperar anímicamente a la plantilla de unos meses, prácticamente dos años, muy duros, restaurar su ilusión y el orgullo de pertenecer a una nueva entidad que pretende competir con, al menos, las mismas armas que sus competidores más fuertes es, sin duda, un reto para el nuevo Banco.

–       Y finalmente relanzar –porque no se ha llegado a perder- su contribución al desarrollo social del entorno en los aspectos prioritarios de cada momento, y que en gran medida realizaba CAM a través de su Obra Social, y ahora tiene la ocasión de dar continuidad a través de la prevista Fundación CAM.

Desde luego, tal como lo vemos desde el Círculo, los retos son ambiciosos en un entorno nada favorable, con la prima de riesgo en máximos difícilmente sostenibles, las agencias de rating castigando de manera exagerada –en esa actuación procíclica a la que nos tienen tan acostumbrados- tanto a la Banca, como al Estado Español o a las Comunidades Autónomas (Fitch bajaba ayer de nuevo la calificación a 8 comunidades), en situación de recesión, con políticas aún básicamente de ajuste que es necesario comenzar a reorientar, y una especie de depresión generalizada.

Pero en las situaciones difíciles surgen los auténticos líderes. Y el Sabadell, ahora, tiene la oportunidad de mostrar esa talla de entidad líder capaz de medirse con las primeras entidades financieras del país –de las que, con CAM, ya forma parte-.

Felicito, por tanto, al Banco de Sabadell por haber culminado con éxito esta primera fase, casi estratégica, de integración de la CAM. Y espero volver a felicitarlo dentro de un año porque haya conseguido resolver favorablemente los cuatro retos. Será un síntoma de que a las empresas y a los ciudadanos de Alicante empiezan a funcionarnos mejor algunas cosas.



Author: Enrique Javier Fur
Presidente del Círculo de Economía de la Provincia de Alicante.

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