Sobre el rescate bancario.

El consejero de Economía y Empleo del Gobierno de Aragón, Francisco Bono, afirmaba la semana pasada que el rescate bancario repercute en los ciudadanos y planteaba que, cuando concluya el proceso de saneamiento, la banca coopere para reactivar otros sectores económicos.

«Hay que salir de este problema cuanto antes, reforzar el sistema bancario y luego pedirle, cuando esté saneado, que haga su contribución a otros sectores económicos». Ha apostillado que «no me imagino este país con el sistema bancario quebrado».

 Francisco Bono ha considerado que es «fundamental» que haya confianza en el sistema bancario español y que se desvelen los «temores» de los particulares y la inversión extranjera.

(Fuente: http://www.europapress.es/aragon/noticia-bono-dice-rescate-bancario-repercute-ciudadano-plantea-vez-saneado-sector-ayude-otros-20121029132213.html)

Coincido en la imposibilidad de salvar la crisis sin un sistema financiero saneado que de soporte a la economía productiva de nuestro país. Los procesos de concentración y saneamiento  del sistema van en esa dirección.

Y quisiera hacer una breve reflexión sobre lo que significa el rescate al Sistema Bancario Español que no es, obviamente, a toda la banca sino a las entidades ya conocidas, y que no supone ningún rescate de los banqueros sino, en realidad, en gran medida, de los depósitos de clientes de esos bancos con problemas, por lo que en el fondo salvar a los bancos que lo necesitan –los banqueros, que no la inmensa mayoría de los empleados de banca, deben asumir cuando proceda las responsabilidades que les correspondan- es un apoyo imprescindible para los clientes de esos bancos y para que la economía nacional pueda recuperar el tono que nunca debió perder.

Y es verdad que esto tiene que ser compatible con el apoyo a las familias que por la evolución de la economía en estos últimos años, y actuando siempre de buena fe, se están viendo deshauciadas, o en trance de serlo, de sus casas por impago de hipotecas contraídas en los años del boom inmobiliario y cuando parecía que habíamos entrado en la espiral perfecta del crecimiento continuo.

La dación en pago podría ser una solución para un número pequeño de casos, asumiendo la banca en este caso la minusvalía en que hubiera caído la vivienda –máxime en “bancos rescatados”-, pero esto no corrige el problema de las  familias que se quedan sin hogar y con muy pocas posibilidades de acceder a una nueva vivienda.

Hay cosas que hacer desde el punto de vista legislativo, como facilitar el aplazamiento del pago o la modificación de condiciones de la hipoteca cuando se trate de la única vivienda del deudor, sea la vivienda familiar, y las demoras en el pago sean consecuencia de circunstancias laborales sobrevenidas no propiciadas por el deudor, que actuó siempre de buena fe. En estos casos, como ocurre en otros países de nuestro entorno, la justicia debería poder conseguir el aplazamiento y reestructuración de la deuda, de manera que se permitiera al propietario continuar en el domicilio y a la entidad bancaria tener una expectativa más real que la actual de poder recuperar en un plazo razonable el crédito concedido.



Author: Enrique Javier Fur
Presidente del Círculo de Economía de la Provincia de Alicante.

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