- 14 noviembre, 2011
- Publicado por: Francisco
- Categoría: El Círculo
La verdad es que no terminamos de creer en el impacto de las redes sociales en los negocios ni en la importancia de que los directivos de las empresas mantengan sus perfiles profesionales en la red vinculados a las empresas que dirigen. Y cada vez tenemos más ejemplos de la utilidad de estas posiciones: una de las claves del triunfo del presidente Obama en EEUU fue, precisamente, la utilización correcta de las redes sociales en la campaña electoral. Hace unos días, en el I Congreso de Redes Sociales para Profesionales y Directivos celebrado en Madrid, uno de los ponentes concluía que «hace dos años quienes teníamos un perfil en redes sociales éramos considerados unos frikis, en dos años los frikis serán quienes no tengan este tipo de perfiles».
Y sin embargo, como apuntaba Paz Álvarez en Cinco Días, ninguno de los primeros directivos de empresas del Ibex, por ejemplo, tiene blog. Esto no significa mucho porque estar en la red no requiere un proceso estandarizado, pero es un síntoma. Estar en la Red exige el diseño de una estrategia concreta, unos objetivos, un plan de acción. No es café para todos. Es un planteamiento diferente que exige la convicción de que el cliente es de verdad nuestra prioridad. Para ello, como apunta el mismo artículo, hay que tener «predisposición para definir un nuevo paradigma, saber escuchar, abrir tu casa, y estar dispuesto a tener fans más que clientes».
Pero no estar es un error que se puede terminar pagando muy caro a medio plazo.
La Red, por tanto, es un apoyo para el progreso, como lo es la internacionalización, la innovación …, pero los negocios se basan fundamentalmente en la confianza, y si la confianza falla, todo lo demás se complica mucho. Y eso es lo que está pasando en nuestro entorno. Los países no se fían unos de otros ni los bancos entre sí, lo que se traduce en una reducción de los préstamos interbancarios que, además, son más caros. Eso significa mayores dificultades de financiación a particulares y empresas, y mayores precios; por tanto, menos crecimiento, y así será muy difícil remontar en el corto plazo.
Y es que esto de la economía y las finanzas no es sino la vida real, que desde el inicio de la crisis hace ya 4 años ha llevado en nuestro país a la desaparición de 500.000 empresas del mapa, de las que 200.000 eran mayoritariamente pymes y el resto, unas 300.000, negocios autónomos, según explicaba el viernes el presidente de CEPYME, que incidía en que uno de los problemas más graves a los que se enfrentan las empresas es la morosidad de las administraciones públicas, pues les está restando una liquidez que, como decíamos, tampoco consiguen de los bancos. En concreto, de acuerdo con sus cálculos, las administraciones públicas adeudan fundamentalmente a las pymes que les prestan sus servicios unos 45.500 millones de euros.
Esta es la realidad de las cosas, aunque también existen análisis y ejemplos que nos animan a ver el vaso medio lleno frente a datos objetivos que con frecuencia resultan más deprimentes. Desde este blog intentamos aferrarnos a esos rayos de esperanza, convencidos de que señalan el buen camino al que inevitablemente nos tenemos que incorporar, que de todas las crisis se sale. Y de esta también saldremos.
Y en esa orilla de la esperanza, situamos la reflexión del responsable de estrategia global de emergentes de HSBC, John Lomax, que no contempla como escenario más probable la ruptura del euro o una recesión profunda en la zona euro, «hay un incentivo muy claro para que eso suceda, que consiste en que si la zona euro se colapsa, todos sin excepción saldrán perdiendo». Así que aunque solo fuera por razones negativas, no prevé una profundización en la crisis actual, que pudiera desencadenar consecuencias mucho más difíciles de controlar.
También a esa tesis de mejora progresiva, desde un ámbito mucho más local, se apunta el vicedecano del Colegio Notarial de Valencia, cuando dice que Alicante es una zona costera, turística y de inversión exterior por lo que la crisis aquí es más dura; pero también, por esa misma razón, será una de las que se recupere antes.
Esta evolución parece que se empieza a notar en el turismo, aunque es cierto que apoyado por la inestabilidad de los países del norte de África. El aeropuerto de El Altet cerró octubre rozando el millón de pasajeros (989.476), lo que supuso un crecimiento del 3,6% con respecto al mismo mes del año anterior (un 7% de incremento en los 10 primeros meses del año).
Y por supuesto nuestras empresas, en todos los sectores, están intentando bordear la crisis fundamentalmente con los argumentos de todos conocidos y cada vez más compartidos: desafiando la crisis, el Grupo Marjal abría el viernes en Crevillent el camping más grande de Europa, desde la convicción de que la calidad y el servicio al cliente siguen siendo dos argumentos competitivos de primer orden, con los que podemos recuperar al cliente turista nacional y extranjero en una zona privilegiada como la nuestra; el Grupo TM, que ha apostado por la aventura americana y desde 2005 cuenta con presencia, primero en México y desde el año pasado en Brasil, donde construye un grupo de edificios para viviendas sociales en el municipio de Lauro de Freitas (Salvador de Bahía); o la juguetera Famosa, con sede central en Onil, que está preparando el desembarco de sus productos en EE UU, a través de la fábrica que ya funciona a pleno rendimiento y con 150 trabajadores en México (esta, la de internacionalización en cualquiera de sus fases, es una dinámica que está asumiendo todo el sector juguetero que planta cara a la actual coyuntura económica con la diversificación de sus productos, el lanzamiento de precios más asequibles y una clara apuesta por la innovación, así como compensando –tal como recoge el periódico La Verdad- el ligero descenso en el consumo nacional con las exportaciones, que en la provincia de Alicante se han incrementado en un 6,83% durante el primer semestre del año).»