Lean Sigma

(Presentación por el presidente del Círculo de la sesión sobre Pymes, competitividad y Lean Sigma el 10.10.2013 en Los Jueves del Círculo)

Hay una definición de Calidad que hemos usado en reiteradas ocasiones en el Círculo y que creo que define una filosofía empresarial necesaria para el éxito sostenido, en tiempos de bonanza y en tiempos de crisis. Filosofía (lo que la empresa quiere ser) que es imprescindible que se transforme en cultura empresarial (lo que la empresa es realmente) para que impregne todas las relaciones, políticas, programas y prácticas de la empresa.

Hablamos de Calidad como la “adecuación constante y eficiente de nuestro producto/servicio a las mejores expectativas de nuestros clientes- objetivo, de manera que su percepción suponga una ventaja competitiva permanente de nuestra empresa sobre nuestros competidores”.

Calidad, por tanto, desde la perspectiva del cliente (al final, Calidad es solo lo que el cliente dice que es), pero para que podamos considerarla como tal, tiene que resultar eficiente también para la empresa, única forma, evidentemente, de que la plasmación práctica de la calidad sea sostenible.

No es un concepto absoluto. No pretendemos ser perfectos –lo que, además, es imposible-, sino andar siempre un paso por delante de nuestros competidores, y eso incorpora un matiz básico de dinamismo, que es el signo de nuestro tiempo: la calidad es “adecuación constante”, esto es, lleva implícito el concepto de cambio permanente.

No es fácil, por tanto. No es nada fácil aplicar el concepto en la empresa, como sabemos bien todos los que nos consideramos empresarios. Es nuestra utopía, la meta a la que intentamos aproximarnos, y para la que, si estamos convencidos, contamos con apoyos en la gestión que desde el Círculo pretendemos al menos mostrar para que cada uno de nosotros pueda elegir aquellas que pueden ayudarle a concretar en su organización este concepto de calidad, sin el cual las empresas tienen poco recorrido.

Uno de esos apoyos importantes es el sistema de gestión que hoy pretendemos debatir en esta sesión de los Jueves del Círculo: Lean Sigma.

Se trata de una metodología que apuesta por la innovación y optimización permanentemente los procesos y eliminar tareas, actividades o funciones que no aportan valor a la producción final, minimizando con ello el despilfarro, para alcanzar resultados inmediatos en productividad, competitividad y rentabilidad del negocio.

Lean Sigma funciona en base a una metodología estructurada en cinco fases consecutivas: Definir, Medir, Analizar, Mejorar y Controlar, como evolución del ciclo más clásico de la mejora continua (PDCA, por sus siglas en inglés: planificar, hacer –DO-, controlar, repetir –ACT-)

En la fase de definición se identifican los posibles proyectos a abordar, se priorizan y se seleccionan el equipo o equipos más adecuados para ejecutarlos.

La fase de medición consiste en la identificación de las características claves del proceso, las expectativas de los clientes sobre el producto/servicio y los indicadores adecuados para evaluar el resultado.

En la fase de análisis, el equipo evalúa los datos de resultados actuales e históricos. Se desarrollan y comprueban hipótesis sobre posibles relaciones causa-efecto.

En la fase de mejora el equipo trata de determinar la relación causa-efecto para predecir, mejorar y optimizar el funcionamiento del proceso, y se implantan las soluciones de mejora oportunas en ámbitos controlados hasta asegurar el éxito pretendido.

Finalmente, en la fase «control» se diseñan y documentan los controles necesarios para asegurar que lo conseguido se mantenga una vez que se hayan extendido los cambios. Cuando se han logrado los objetivos y la misión se dé por finalizada, el equipo informa a la dirección y se disuelve.

No es fácil, claro, como decía hace un momento, porque exigirá en muchos casos extender nuevos conceptos en toda la organización, partiendo de la convicción y ejemplo de la dirección al primer nivel: apuesta clara por la comunicación, la participación, la implicación, el compromiso, la formación y el desarrollo de la plantilla, la focalización en el cliente, etc.

Pero no hay nada más eficiente en la empresa que hacer las cosas bien a la primera vez y cada vez, y mejorarlas constantemente, y de eso se ocupa Lean Sigma, una metodología que tiene como objetivo final aumentar la satisfacción del cliente, a la vez que reduce costes y errores en los procesos.



Author: Enrique Javier Fur
Presidente del Círculo de Economía de la Provincia de Alicante.

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