LAS PRIORIDADES HOY EN LOS NEGOCIOS.

Esta no pretende ser más que una breve reflexión acerca de las prioridades en los negocios en una época como la actual, de crisis que parece que no cesa, y en la que algunas voces se alzan para resituar las prioridades de las empresas focalizándolas casi exclusivamente en la obtención de beneficios, única forma –es cierto- de mantener a la empresa en el mercado, en una carrera en la que el fin pareciera estar por encima de los medios que se usen para alcanzarlos.

Pero, en mi opinión, quienes piensan realmente de esta forma, aún con buena intención en muchos casos, cometen un error grave que el mercado, la sociedad, no les perdonará en el medio plazo.

A lo largo de muchos años, hemos construido entre todos una sociedad con una serie de valores muy arraigados que están por encima de la crisis, y si los obviamos en estos momentos –y como consecuencia de la actual situación económica, el entorno parece que los podría aceptar- debemos tener presente que “atentados” a valores arraigados irán quedando en la memoria colectiva, y por ellos nos pedirá cuentas la sociedad en cuanto el contexto económico cambie, que cambiará.

Me refiero a valores como la ética en los negocios, el compromiso con el desarrollo sostenible de la sociedad, el apoyo a la corrección de desequilibrios sociales y ambientales, la visión clara del cliente en el centro de nuestra actividad, o la apuesta por la cualificación, la implicación, el compromiso de los empleados con los objetivos de la empresa

Los resultados económicos, para que sean sostenibles, tienen que ser consecuencia –como propone el modelo europeo de calidad desarrollado por la Fundación Europea para la Gestión de la Calidad, EFQM- del progreso en la consecución de resultados intermedios que son los que realmente puede gestionar la empresa: resultados en Personas (empleados), en Clientes, y en un impacto social positivo de la actividad de la empresa.

Y como consecuencia de estos resultados, los económicos llegarán y son, efectivamente, imprescindibles para la supervivencia y el crecimiento de la empresa.

Lógicamente estos resultados intermedios exigen un liderazgo claro, una estrategia y unas políticas adecuadas al momento, y unos procesos sometidos a mejora continua que aseguren la eficiencia, pero, insisto, sin olvidar los valores básicos que la sociedad comparte, espera y necesita, y sin los cuales ninguna empresa tendrá futuro. Hoy, además, con la tecnología, internet y las redes sociales, cualquier error en este sentido tiene una difusión inmediata que puede terminar con uno de los elementos de mayor valor para una empresa: su reputación.

Con esto, lo que quiero es reivindicar la vigencia con toda su fuerza de la Responsabilidad Social Empresarial como orientación e incluso, por qué no decirlo, como instrumento de gestión también en tiempos de crisis.



Author: Enrique Javier Fur
Presidente del Círculo de Economía de la Provincia de Alicante.

Deja una respuesta