La ventaja competitiva en la internacionalización .

Hablamos de internacionalizar nuestra empresa, de extender nuestra actividad más allá de las fronteras nacionales con el objetivo de diversificar por territorios, productos o clientes, tanto para aumentar el volumen de negocio (y ya hemos comentado en ocasiones anteriores que en épocas de estrechamiento de márgenes, el volumen es un factor crítico de supervivencia), como para estar mejor cubiertos en caso de crisis que, como sabemos bien, no suele afectar de la misma forma a todos los territorios ni a todos los segmentos de clientes.

Pero esto no obliga, también lo hemos apuntado, a tener que estar físicamente fabricando, comprando o exportando a otros países.

Lo realmente importante es identificar nuestra ventaja competitiva, y si la misma es apreciada por nuestros clientes objetivo, reforzarnos en ella y tratar de apropiarnos de una parte del valor generado. Y para eso no es siempre imprescindible situar nuestro producto en el exterior.

Si nuestra ventaja competitiva está asociada a las características de nuestro país, reforzada además por unas capacidades internas muy vinculadas al territorio, probablemente podemos tener buenas oportunidades de internacionalización en la atracción de clientes extranjeros a nuestro ámbito operativo.

Este es el caso muy evidente, por ejemplo, de un sector básico de nuestra economía: el turismo (que realmente es mucho más que un sector), tanto en su faceta de turismo residencial como en el de vacacional.

Por supuesto que el know how acumulado nos permite salir fuera de nuestras fronteras e intentar extender nuestra actividad en otros países, y son muchas las empresas de nuestro entorno en ambos sectores con modelos de negocio de éxito en otros países.

Pero centrándonos en las posibilidades que siguen ofreciendo aquí, observamos que se trata de sectores cuyo éxito está muy asociado a nuestro clima, nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestra forma de vida, y en los que, además, hemos desarrollado un conocimiento muy amplio que debería servirnos para profundizar en la diferenciación de nuestra oferta a partir de un esfuerzo creciente de posicionamiento de la marca España asociada a la calidad, el servicio, la cultura, el entorno y un clima excelente. Poniendo en valor e integrando elementos fundamentales de nuestra oferta que habitualmente tenemos dispersos: la gastronomía, el deporte, la sanidad, la historia, nuestras tradiciones, …

Teniendo en cuenta, finalmente, que no todo vale, que debemos adaptar nuestra oferta a las necesidades específicas de cada uno de los diferentes públicos a los que nos dirigimos, completando nuestro producto con otros complementarios que configuren esa oferta integral, personalizada, capaz de captar y fidelizar al cliente extranjero que buscamos, lo que apunta a la necesidad y conveniencia de coordinación entre empresas y de las empresas con las diferentes administraciones. Es una necesidad, pero también una oportunidad extraordinaria.



Author: Enrique Javier Fur
Presidente del Círculo de Economía de la Provincia de Alicante.

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