- 21 diciembre, 2011
- Publicado por: Francisco
- Categoría: El Círculo
Tenemos que ser conscientes de que, independientemente de cuál sea el sector en que nos encontramos, nuestro negocio es un negocio de clientes y lo que pretendemos es aportar las mejores soluciones a los proyectos de nuestros clientes, de manera que si somos capaces de responder permanentemente y de manera personalizada a la pregunta “¿Qué espera el cliente de nosotros?”, estaremos en el camino correcto.
Y en términos generales, las claves para contestar correctamente a esta pregunta están en relación con:
1.- El cambio constante como característica de nuestro tiempo (el cambio ya no se produce entre dos fases de estabilidad: es la situación natural y permanente en la que vivimos. Decía Tom Peters en su libro Nuevas Organizaciones en tiempos de caos, “eso de que después de la tempestad viene la calma era antes. Si tiene Ud. la sensación de calma, es que se encuentra en el ojo del huracán”), lo que obliga a apostar claramente por la innovación, la creatividad, la cualificación, la capacidad para decidir en muchas situaciones no previstas, a creer en el equipo de trabajo y en cada una de las personas que lo forman.
2.- La vuelta a lo elemental (no complicar lo simple: el cliente debe entender de qué hablamos, ¡y nosotros!. No buscar solo resultados a corto plazo, no olvidar que el cliente es el centro y principal destinatario de la actividad de la empresa –el cliente siempre gana, con nosotros o sin nosotros-).
3.- Apostar por la calidad también en los detalles, en el entorno, en el punto de venta. Porque el servicio no sólo debe ser de calidad, también debe parecerlo.
Y es que en esta batalla por el cliente que debemos librar cada día, estamos volviendo a recuperar nuestros orígenes: la proximidad, la empatía, la seguridad, la confianza, …, es verdad que redefinidas constantemente y adecuadas a la nueva realidad cambiante, pero con los mismos valores básicos. Volviendo, en definitiva, a recuperar la importancia de la relación con el cliente, a la mejora continua de la experiencia del cliente en su relación con la empresa.