- 23 diciembre, 2014
- Publicado por: Enrique Javier Fur
- Categoría: El Círculo

(Un resumen de la intervención en la apertura de la jornada organizada por el COITIA el pasado 23.10)
Quiero agradecer a los organizadores de esta jornada la oportunidad de participar en esta jornada que considero realmente importante para poner en valor una profesión, la Ingeniería, clave para el desarrollo económico, social y medioambiental de nuestro entorno y que, sin embargo, no siempre ha tenido esa consideración de catalizadora del desarrollo sostenible que es donde está, en mi opinión, su verdadera función.
A mí me toca hablaros desde la empresa, desde las compañías para las que desarrollais y que necesitan vuestro trabajo, aunque en algunas épocas no hayamos sido capaces de darnos cuenta, probablemente porque se han valorado otros procesos más deslumbrantes pero mucho menos sólidos que los que aporta la ingeniería.
Y como dice la sabiduría popular, “aquellos polvos trajeron estos lodos”.
Seguramente es una sentencia demasiado fuerte, pero algo de eso hay. Durante muchos años hemos vivido del marketing, lo único importante parecía la planificación –cuando planificar en tiempos de crecimiento y liquidez es realmente fácil- pero sin estrategias claras para prevenir tiempos peores, como ha ocurrido. Sin reparar especialmente en conceptos como productividad, sin considerar estratégicas las áreas de producción.
¿Para qué, si vendíamos todo lo que éramos capaces de fabricar?.
Y estallaron las burbujas, y vinieron los tiempos malos, y llegaron nuevos competidores capaces de fabricar más barato o con mayor calidad que nosotros y entramos en una crisis que tenemos la obligación entre todos de revertir.
Y sin querer hacer ese paralelismo fácil entre crisis y oportunidad, sí que es cierto que para la ingeniería existe una verdadera oportunidad en el que debería ser el nuevo tránsito de España hacia la reindustrialización.
Tenemos que ser competitivos y serlo permanentemente si queremos volver a la senda del crecimiento sostenible, entendida la sostenibilidad en este caso como la producción de productos y servicios competitivos capaces de satisfacer las expectativas más exigentes de los clientes, y por supuesto respetuosos con el entorno.
Lo que exige volver a recuperar la producción y la innovación industrial como fuentes de ventaja competitiva para la empresa; diseñar, mantener y mejorar constantemente los productos, servicios y procesos de producción de manera que puedan ayudar efectivamente a diferenciarnos positivamente de nuestros competidores nacionales y extranjeros.
Es imprescindible que hagamos las cosas muy bien y con costes que permitan ser competitivos en el mercado.
Y eso, desde un planteamiento de producción, se puede conseguir básicamente de dos formas: reduciendo costes de personal por menores salarios –lo que atenta contra expectativas futuras de la empresa por su efecto inmediato sobre el compromiso de los empleados, que es incluso más importante en épocas de crisis, cuando la empresa debe esforzarse en innovar, identificar nuevos mercados, etc., que solo pueden hacer empleados comprometidos, con confianza en la compañía-, o mejorando constantemente los procesos de producción. Y aquí la labor del ingeniero es fundamental, tanto en el diseño, fabricación y ensayo de máquinas y estructuras; como en la preparación, mantenimiento y mejora de los procesos de producción, de manera que se consiga simultáneamente una mayor eficiencia y una mayor calidad en el proceso y en el producto.
Los tres paneles en que se divide la jornada son una muestra clara de las posibilidades de aportación de la ingeniería a la empresa desde un planteamiento muy profesional, desde la garantía que ofrece la titulación y la acreditación profesional, y esto tanto para desarrollo de proyectos empresariales basados exclusivamente en la ingeniería, como desde la aportación a la mejora continua y a la innovación dentro de empresas tradicionales.
Innovación, mejora de procesos, diseño y desarrollo de nuevos productos, compromiso con el desarrollo industrial como soporte básico de un modelo sostenible de progreso coherente, además, con el desarrollo social y medioambiental del entorno, son factores fundamentales para las empresas, en los que los ingenieros tienen todo que decir.
Como empresario, creo sinceramente en las aportaciones que puede y debe hacer la ingeniería a la empresa, y desde el Círculo de Economía de la Provincia de Alicante estamos empeñados en despertar esa misma convicción en todos los empresarios, comprometidos en hacer realidad este concepto de sostenibilidad sobre bases sólidas que la ingeniería puede y debe aportar a la empresa, luchando en ocasiones contra criterios mucho más tácticos y deslumbrantes que, como os decía, en el pasado y en más ocasiones de las que sería deseable, nos han nublado la mente a los empresarios.
Creo que los empresarios estamos aprendiendo la lección, pero aún nos queda mucho recorrido por hacer. Sería magnífico que fuésemos capaces de recorrerlo juntos.