La comunicación informal

En esta aproximación rápida que hemos hecho en las últimas semanas a la importancia de la comunicación interna para la consecución de los objetivos de la empresa, de algunos programas que pueden facilitar esos flujos de información, o de su integración en la estrategia de las compañías, nos hemos referido a la comunicación definida por la dirección de la empresa: comunicación ascendente, descendente y cruzada, según vaya desde la línea hacia el ápice estratégico (desde la base hacia la dirección), desde la dirección hacia la base de la empresa siguiendo la línea jerárquica, o entre distintos miembros de la compañía, independientemente de su posición en la estructura.

Pero evidentemente, una empresa no puede pretender regular todas las relaciones entre sus miembros.

En tanto que personas con necesidades de intercambio de opiniones, de relaciones sociales, en el seno de las empresas se producen diariamente multitud de contactos, de interacciones entre sus miembros que ni están ni pueden estar controladas por la dirección. Es lo que podemos identificar como la comunicación informal, el conjunto de relaciones interpersonales e intercambios de información que se producen en las empresas de manera ajena a los sistemas y programas de comunicación definidos por la empresa.

Son procesos de comunicación que existen, afortunadamente, en las empresas y contribuyen a aportar a la empresa la informalidad que facilita la flexibilidad necesaria para responder a imprevistos.

No debe suponer, por tanto, ningún problema para la compañía sino, muy al contrario, se convierte en un elemento fundamental que facilita la confianza, la convivencia y aporta normalidad en las relaciones entre personas dentro de la empresa que al final, trasciende y se contagia en las relaciones con los clientes, constituyendo un elemento clave para el éxito de la compañía.

Naturalmente, todo esto si esa confianza y la transparencia son valores que la empresa cuida con toda su plantilla, ya que en otro caso la comunicación informal puede sustituir a la formal, dando lugar a rumores y “supuestas noticias” no contrastadas que pueden minar la moral de las plantillas y dejar a la empresa en una difícil posición competitiva.

Y desde esa convicción de la importancia de la comunicación interna por parte de la dirección de las empresas, reforzando los sistemas de comunicación formal y dotando de confianza y transparencia a las relaciones internas, potenciar también la comunicación informal puede y debe convertirse en un elemento de gestión capaz de aportar un valor importante a la empresa. El apoyo a clubes de empleados, organización de eventos para empleados y familiares fuera del horario de trabajo, etc., con elementos que facilitan esa comunicación informal desde una percepción de la empresa como objetivo común de todos los que la integran.



Author: Francisco
Colaborador del Círculo de Economía de Alicante.

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