- 16 diciembre, 2011
- Publicado por: Francisco
- Categoría: El Círculo
Al respecto, en el VII Congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) del que nosotros, como Círculo de Economía de la Provincia de Alicante, formamos parte, celebrado en Octubre pasado en Bilbao, los primeros ejecutivos de las principales empresas españolas consideraban la internacionalización como un elemento clave en sus estrategias de negocio.
El presidente de Telefónica, César Alierta, manifestaba que España tiene una situación privilegiada respecto a la internacionalización ya que dispone de un mercado potencial que, por idioma, supera los 1.000 millones de personas, y es necesario aprovecharlo.
O el presidente de Repsol, Antonio Brufau, que indicaba que hay tres áreas imprescindibles a tener en cuenta al abordar la globalización: innovación y capacidad tecnológica, gestión del talento de las personas y la organización, y el cambio cultural para entender el mundo como una oportunidad global, frente a la amenaza global que sería si no diésemos el paso de la gestión hacia el exterior.
Pero las posibilidades de éxito de estrategias de internacionalización tienen que ver con el tamaño y las consiguientes capacidades de todo tipo (de gestión, financieras, comerciales, etc.) necesarias para abordar con garantías procesos de expansión internacional.
En este contexto, como apuntaba recientemente el Consejo Superior de Cámaras, las Pymes se pueden plantear dos tipos de estrategias: aumentar su dimensión vía fusiones o adquisiciones; o desarrollar acuerdos de cooperación interempresarial consistentes en compartir recursos, capacidades, riesgos y todo tipo de esfuerzos para acceder con éxito a mercados internacionales, aportando cada socio aquello en lo que es especialista, y esto tanto con socios de nuestro país como con socios en destino, especialmente en este último caso para la fase de comercialización de nuestros productos, o para la fase de producción cuando una parte de esa internacionalización pasa por la deslocalización de alguna fase de la cadena de valor de nuestro proceso productivo.
No es fácil porque la internacionalización exige adaptación a cada uno de los mercados en los que la empresa quiere tomar posiciones. Un buen ejemplo es la noticia de que Telefónica Latinoamérica ha lanzado una tableta ‘low cost’ de marca propia con el fin de impulsar el uso de estos dispositivos en el mercado latinoamericano, así como la adopción de banda ancha móvil. En concreto, la tableta ‘One Pad’, desarrollada conjuntamente con el fabricante ZTE, se va a comercializar inicialmente en México, Colombia, Ecuador, Guatemala, Nicaragua, Panamá y Perú y llegará al resto de países de América Latina que operan con la marca Movistar a lo largo de los próximos meses.