- 2 abril, 2015
- Publicado por: Francisco
- Categoría: El Círculo

En estos últimos días se ha publicado la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) del INE, correspondiente al 4º trimestre 2014, con una primera conclusión: el coste laboral de las empresas disminuye un 0,5% en el cuarto trimestre de 2014 respecto al mismo periodo de 2013, y en la Comunidad Valenciana la reducción es del 2,1%.
Y una segunda conclusión, el coste laboral por hora efectiva desciende un 1,2% en tasa anual, más que el coste laboral por trabajador, como consecuencia del mayor número de horas trabajadas.
Por supuesto, estos datos tienen matices, básicamente por comportamiento diferente por sectores de actividad, con mayor crecimiento del coste laboral en el Suministro de Energía Eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, Administración Pública o Industria Manufacturera; y los mayores descensos en Actividades Artísticas, recreativas y de entretenimiento, las Industrias Extractivas y las Actividades financieras y de seguros.
Y siendo cierto que si reducimos costes en la empresa mejoramos a corto plazo la capacidad de competir, también lo es que esa reducción tiene límites y cuando se trata de costes laborales, esos ajustes deben ser muy bien explicados, entendidos y –hasta donde sea posible- pactados, para evitar un mal mayor que sería la desmotivación de los trabajadores y su desvinculación mental de la empresa lo que, sin duda, impactaría de forma muy negativa en el medio y largo plazo de la compañía, comprometiendo seriamente su futuro.
No podemos olvidar que al final la empresa es lo que sus trabajadores, su estructura, sus procesos, su forma de hacer, son capaces de conseguir. Y con trabajadores desvinculados empiezan a agrietarse los pilares de la estructura: los más expertos porque probablemente encontrarán oportunidades en otras compañías, y los más jóvenes porque en cuanto el mercado de trabajo se abra de nuevo se plantearán seriamente optar a otras empresas que cuiden más a su plantilla. Y perder a los mejores es un lujo que ninguna empresa se debería permitir.
Partiendo de tecnologías similares, plantillas motivadas son mucho más eficientes, comprometidas e innovadoras, contribuyendo a los resultados de la compañía a corto, medio y largo plazo.
Los ajustes salariales solo “porque el mercado lo permite” provocan desvinculación, desmotivación y falta de compromiso. Pueden ser eficientes a muy corto plazo, pueden mejorar la cuenta de resultados de hoy, pero empiezan a socavar la de mañana. Y las empresas, en mi opinión, solo lo son cuando miran al largo plazo.