Es tiempo de los EMPRESARIOS con mayúsculas.

Y si coincidimos en la aportación fundamental de las personas al éxito de la compañía, como sostenía en el artículo anterior en este blog, ¿por qué en tiempos de crisis se dispara el desempleo hasta cotas difícilmente soportables y explicables?.

Seguramente la explicación es consecuencia también de aquel análisis y está implícita en las causas del distanciamiento de la gestión de personas en la empresa de la realidad que viven las direcciones, y que también apuntábamos allí.

Esa falta de consideración de las personas como activo estratégico en muchas ocasiones llevó a las empresas a contrataciones tácticas apoyadas en mercados capaces de absorber cualquier producto y a casi cualquier precio, de manera que al cambiar las condiciones de ese mercado, esas contrataciones se convertían en innecesarias y, por tanto, prescindibles, sin muchas más consideraciones de futuro.

Y siendo cierto que esta crisis persistente, mucho más profunda y duradera que otras pasadas más o menos recientes, obliga a muchas empresas a ajustar drásticamente sus costes para sobrevivir –cuando no tienen que cerrar definitivamente por imposibilidad de continuar su actividad-, no lo es menos que la decisión de prescindir de un trabajador, incluso desde el punto de vista de la empresa, es un problema importante por lo que supone de pérdida de conocimiento, de cualificación, de futuro cuando el contexto mejore, de prescripción, de ruptura del compromiso imprescindible empresa/trabajador que es el que puede hacer crecer mejor la compañía.

Tratar, por tanto, de mantener el empleo comprometido, de construir juntos, empresarios, directivos y trabajadores, un nuevo modelo de negocio, de empresa, más sostenible, debería ser una focalización clara de todas las organizaciones actuales.

Hace muchos años que quedó en desuso aquella frase de “tú no estás aquí para pensar sino para trabajar”. Hoy la empresa será con aportación y participación de todos o no será. Los cambios son tantos y tan acelerados que necesitamos lo mejor de cada uno de los empleados para hacer frente a este entorno cada día más dinámico, complejo e incluso hostil con que nos encontramos.

Apostar por el empleo y por el empleo de calidad, además de consecuente con los planteamientos más actuales de responsabilidad social empresarial, es en mi opinión actuar con una visión de futuro imprescindible en las empresas. También pasó el tiempo del “pelotazo”. Hoy es el tiempo de los empresarios con mayúsculas, con visión, con compromiso. Y eso también tiene mucho que ver con la gestión de las personas de la empresa.



Author: Francisco
Colaborador del Círculo de Economía de Alicante.

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