- 21 septiembre, 2014
- Publicado por: Enrique Javier Fur
- Categoría: El Círculo

Son muchos los factores que influyen en el desarrollo correcto de las actividades que en torno al turismo desarrollamos en nuestra provincia, así como en las posibilidades, expectativas y percepciones de las personas que nos visitan.
Sin duda, en general, hacemos las cosas bien ya que de otra forma no seríamos uno de los primeros destinos turísticos de nuestro país, lo que equivale a decir que somos uno de los destinos preferidos por muchas personas que se desplazan en vacaciones.
Una buena oferta, infraestructuras específicas adecuadas y un tiempo excepcional, han convertido la provincia de Alicante en uno de los destinos preferidos por muchos turistas, convirtiendo al sector en uno de los referentes y uno de los soportes de nuestra economía, lo que ha resultado muy evidente en estos años de crisis.
Hay un tema, sin embargo, que merece una reflexión por su impacto directo en este sector básico de nuestra economía.
Se trata de las “nuevas vacaciones escolares”.
Soy de los convencidos de que la educación es la base de la convivencia y del progreso social y económico. Y precisamente por eso, creo que las decisiones en torno a la educación deben tomarse por consenso generalizado, no solo entre los partidos sino con todos los actores sociales, entre los que quiero destacar –en mi condición de empresario- a las empresas por muchas razones, como: son las que después recibirán a las personas formadas para que desarrollen su actividad profesional y contribuyan realmente a la mejora de las condiciones generales del país; son las que con sus aportaciones a la investigación, contribuyen al avance social; a través de los impuestos sobre sus beneficios, contribuyen a la redistribución de la riqueza; o, como objetivo principal, son las que crean empleo.
Esperamos de las administraciones, a cambio, básicamente comprensión, agilidad y, naturalmente, que sus decisiones apoyen y no entorpezcan el desarrollo empresarial.
Al respecto, quiero hacer un comentario mínimo sobre un tema que creo que no se ha analizado suficientemente o, al menos, no se ha contrastado con todos los grupos de interés cuando se ha aprobado y aplicado. Es, como decía, el nuevo diseño de las vacaciones escolares de verano.
El hecho de pasar a Julio los exámenes de recuperación y dar comienzo al curso escolar en los primeros días de septiembre ha dejado prácticamente reducido a Agosto el mes fuerte de vacaciones escolares, al menos el periodo útil para desplazamientos familiares, lo que intuyo –aún sin datos de cierre de la temporada- que ha tenido un efecto negativo global en el turismo en nuestra zona.
Este es el análisis que he desarrollado en el artículo que publiqué el pasado 17.09.14 en Abc, y que puedes leer completo aquí