- 31 marzo, 2014
- Publicado por: Enrique Javier Fur
- Categoría: El Círculo
Nuevo artículo publicado en ABC Alicante con una breve reflexión en torno al impacto de la globalización en la economía tomando como ejemplo la crisis de Crimea.
Asumimos con total naturalidad las ventajas que aporta la globalización, impulsadas fundamentalmente por la velocidad en la transmisión de la información y en la construcción de espacios económicos y de convivencia supranacionales, y su impacto también en la economía mundial y en la específica de cada uno de los países.
Pero evidentemente estas ventajas, que son sin duda superiores a cualquier otra consideración, no están exentas de riesgos, algunos muy importantes como hemos tenido la oportunidad de comprobar en el estallido de la burbuja inmobiliaria, origen de la grave crisis que seguimos soportando y que va ya por su séptimo año.
Ahora tenemos otra prueba de ese impacto de la globalización en las relaciones sociales y económicas a nivel agregado, y como ese impacto puede afectar directamente a sociedades alejadas inicialmente de los conflictos y a economías muy distantes.
En este artículo publicado en Abc, me refiero específicamente a uno de los efectos que la reciente crisis de Crimea puede tener sobre uno de los pilares de nuestra economía: el turismo vacacional y residencial, como consecuencia de sanciones cruzadas entre los bloques en conflicto.