- 13 abril, 2012
- Publicado por: Marcos
- Categoría: El Círculo
¿Tenemos que ser éticos solo por un buenismo rancio e ingenuo? ¿Por una moda? Estamos hablando de empresas. De negocios. Y aquí no valen buenismos, aquí vale lo que es eficaz para la supervivencia y el beneficio de nuestra empresa.
Solo se me ocurre una forma de obtener éxito en los negocios, y que éste se mantenga en el tiempo. Porque supongo que ninguno de nosotros quiere éxito hoy y mañana pasar la mano por la pared. Lo que perseguimos es ir afianzando nuestra empresa en el sector al que nos dedicamos, de forma que podamos mantener una actividad que reporte beneficios, a la vez que nuestra marca se va consolidando y haciéndose un hueco que nos permita sobrevivir en el tiempo.
¿Y usted trabajaría con continuidad con alguien que le ha engañado? ¿O con alguien cuyo producto es de muy baja calidad, o cuyo servicio no nos da lo que ofrecía en un principio? ¿O con quien después de venderte su producto o su servicio se olvida de ti, aunque tengas dudas o problemas con lo que te ha vendido?
La respuesta es sencilla. Como se suele decir, me engañarás una vez, pero dos…
Y para que tus clientes quieran continuar trabajando contigo, para que tus proveedores quieran seguir colaborando con tu empresa, para que tus trabajadores se sientan a gusto desarrollando su labor en tu negocio, de forma que vayan adquiriendo experiencia, y con ella un mayor valor añadido para ti, solo hay un camino; la Ética.
La ética aplicada en todas las facetas de la empresa. La ética impregnando todas tus actuaciones profesionales como directivo. Porque al final uno vive de lo que siembra, de la semilla que germina en las mentes de quienes trabajan en algún momento con nosotros, en su faceta de cliente, proveedor o colaborador, y que florece en una confianza en nuestra empresa, en nosotros, en los productos o servicios que vendemos, que les impele a continuar haciendo negocios con nosotros, antes de con cualquier otro a quien no conocen, o que no se comporta de acuerdo a unos principios mínimos.
¿Éxito sin ética? Es posible, pero en el corto plazo. Cuando te conozcan, se acabó. Si lo que quieres es tener una empresa que crezca y se afiance en el tiempo, obteniendo beneficios recurrentes y con relaciones férreas que te ayudan a sobrevivir en los tiempos de crisis, la ética es el único camino que lleva a ese destino.