- 26 septiembre, 2014
- Publicado por: Carmenojeda
- Categoría: El Círculo

Este es el título de un artículo que acabo de leer en la Harvard Business Review. Me ha parecido útil y me ha hecho pensar sobre este tema tan actual y frecuente: la falta de tiempo en el trabajo y la necesidad que tenemos de gestionarlo bien, de mantenernos a flote a pesar de las bandejas de entrada desbordadas, de la “reunionitis”, de las listas de tareas pendientes que no paran de crecer.
El artículo repasa cuatro creencias sobre la gestión del tiempo y argumenta que son falsas. Veamos cuáles son:
- Es necesario gestionar tu tiempo. Falso.
“Gestión del tiempo” es una expresión inapropiada. No se trata de tiempo sino de productividad. Es como la diferencia entre hacer dieta y estar sano: puedes hacer todas las dietas del mundo pero eso no significa que estés sano. De la misma manera, puedes prestar mucha atención a cómo empleas el tiempo, gestionas el correo electrónico, dedicas tiempo a reuniones etc, pero eso no significa que seas más productivo.
Se trata más bien de gestionar la carga de trabajo. Muchas personas simplemente asumen más trabajo del que pueden sacar adelante. Es cierto que en muchas organizaciones es un mal endémico, pero siempre existe la posibilidad de decir no o de negociar. Tenemos más control sobre este aspecto del que queremos admitir.
- Es cuestión de encontrar un buen sistema de organización. Falso.
Tener un sistema puede ser útil, pero se necesita algo más. Y además, lo que funciona para una persona, no funciona para otra. La clave está en probar continuamente distintas técnicas. Probarlas realmente. No tires por tierra una técnica después de probar una semana, sin más. Define métricas relevantes, dale al sistema tiempo para operar e involucra a otra persona que te pueda observar y dar feedback objetivo.
- Necesitas dedicar tiempo para hacer los cambios. Parcialmente cierto.
Muchas veces, el mayor reto es encontrar tiempo para organizar el tiempo. Poner un buen sistema de organización en marcha requiere dedicación y tiempo, que es justo lo que no nos sobra. Pero muchas veces, no hace falta llegar a eso. Basta con hacer pequeños cambios y mantenerlos. Puede que solo consigamos liberar 20 o 30 minutos al día, pero por poco que sea, es suficiente para pensar y organizar aspectos de mayor calado.
- Conseguir organizarte solo depende de ti. Parcialmente cierto.
La responsabilidad de ser productivo recae indudablemente en ti, así que más te vale asumirla. Sin embargo, no puedes hacerlo solo. La mayoría de las organizaciones tienen dinámicas que nos hacen muy difíciles ser productivos: las reuniones sin hora de salida, estrategias inciertas, procesos mal diseñados, emails innecesarios…
Si tu empresa es así, plantéate cambiar la cultura interna. Pregunta a tu alrededor cómo se puede ser más productivo, señala aquello que crees que erosiona la productividad.
Conocer la diferencia entre lo que realmente funciona y lo que no en el aumento de la productividad es el primer paso en la dirección correcta.