¿Te gusta hablar en público?.Consejos para no ser un@ más.

Hasta los más aventajados oradores tienen alguna anécdota que contar para responder a esta pregunta. Hacer una presentación ante un grupo de personas siempre produce algún tipo de ansiedad, pero ello no impide que sea una necesidad que como profesionales tendremos que realizar si queremos validar nuestra capacidad.

En las siguientes líneas incluimos una serie de consejos que pueden ayudarnos a resolver estas situaciones, no son una varita mágica pero sin duda inciden en algo importante: la preparación como base fundamental para minimizar una parte de la ansiedad asociada a esta situación. Al final  el objetivo es que estos consejos te ayuden a no ser “un@ más” y ser recordado como un buen comunicador capaz de llegar a su público.

  1. Da comienzo a tu conferencia de una forma distinta. No seas convencional, no utilices las mismas frases de siempre. Comienza de una forma que sorprenda a tu audiencia y les haga prestar atención. Con esto no queremos decir que todo vale, sea cual sea tu inicio, debe de tener relación contigo y con el tema que se va a tratar. Según Gonzalo Álvarez, las primeras diez palabras de tu presentación son tan importantes como las 10.000 siguientes.

Puedes empezar contando una historia, una anécdota, utilizando alguna cita conocida o incluso imágenes, pero siempre en relación con el tema a tratar.

2. Cuida el diseño de la presentación que vas a utilizar. No dejes que un mal diseño acabe por destrozar tu presentación. Utiliza imágenes que ilustren lo que estás diciendo pero que no te roben el protagonismo, obteniendo más atención que tus propias palabras. El ponente es lo más importante, la presentación es un apoyo a tus palabras. Si incluyes mucho texto conseguirás que el público acabe leyendo y no prestando atención. Si lo das todo en la presentación, ¿qué valor aportan tus palabras?

Sobre este tema puedes consultar ideas interesantes en el libro Presentación Zen de Garr Reynolds.

  1. Adapta tu mensaje al público al que se dirige. No es lo mismo hablar para muchas que para pocas personas, para diferentes públicos de diferentes edades, para jefes o para clientes… El mensaje debe adaptarse para que llegue al público, para ello debemos conocer ante quiénes vamos a intervenir. En ocasiones lo tendremos claro pero, otras veces, deberemos investigar un poco sobre qué personas van a asistir a nuestro curso o ponencia.
  2. Establece un vínculo emocional con tu audiencia. Otro consejo que puede funcionar en este sentido es utilizar materiales que tengan que ver con el público, que despierten en ellos un vínculo emocional.

Por ejemplo, puedes aportar ejemplos relacionados con aspectos del lugar o la población en la que vas a realizar la charla o, si el curso es de varios días, introducir conversaciones o datos obtenidos los días anteriores.

  1. Prepara los contenidos para cada charla. No te dejes llevar por la comodidad utilizando los mismos materiales para varios cursos o diferentes situaciones. Debes adaptarte a cada momento, público y temática que vayas a tratar, elaborando una presentación distinta según las necesidades de cada intervención.
  2. Deja claras las ideas más importantes de tu discurso. Una persona no recuerda más de 2 ó 3 ideas clave, así que no tiene sentido empeñemos en incluir grandes dosis de información en nuestros cursos o charlas. Aunque demos más ideas, siempre deberemos dejar claro cuáles son las ideas principales que queremos que se recuerden y trabajar sobre ellas varias veces durante la ponencia.
  3. Trabaja tu comunicación verbal y no verbal. Transmitimos tanto verbal como no verbalmente y debemos cuidar nuestra comunicación. Se trata de un aspecto fundamental para que ambas comunicaciones sean coherentes y transmitan lo que deseamos sobre nosotros y nuestro mensaje. Podemos trabajar la comunicación. Una forma muy efectiva es grabarnos “en acción” y detectar los campos que podemos mejorar.

Es importante transmitir seguridad. Todos tenemos dudas y miedos en algún momento pero debemos evitar transmitirlos a la audiencia. Si no nos sentimos seguros se nota y se transmite. ¿Cómo ganar seguridad? A base de experiencia y, como veremos más adelante, con mucho ensayo.

  1. Acepta las críticas y que te sirvan para mejorar. El feedback que puede aportarnos el público al que nos dirigimos es una información valiosísima que nos va a permitir mejorar los aspectos que tengamos menos desarrollados.

Tus clientes más insatisfechos, son tu mejor fuente de aprendizaje.

Bill Gates

9. Ensaya, ensaya, ensaya. Como explican Laurent y Bang Rouhet:

para tener éxito al hablar en público no se puede dejar nada a la improvisación. Hay que ensayar mucho para ser natural y espontáneo.     

10.  Ajusta tu discurso al tiempo. Es importantísimo ajustarse al tiempo que tenemos disponible, no pecando por exceso ni por defecto. Podemos dejar un poco de tiempo para preguntas, pero siempre contemplado en nuestra planificación.

Una charla interesante puede acabar siendo valorada como negativa si se hace demasiado larga. Planifiquemos bien el tiempo, los descansos y las cuestiones que puedan surgir, es una muestra de respeto hacia el tiempo de nuestra audiencia y hacia el nuestro propio. Es cierto que determinadas personas pueden tener más facilidad que otras para expresarse, pero todo se mejora a través de la práctica, la experiencia y el ensayo. Si quieres alcanzar discursos realmente interesantes y de calidad, deberás ensayar cada ponencia, lo que además te servirá para determinar el tiempo que va a llevarte cada una de las partes a tratar y organizarla así de forma óptima.

Todos estos consejos van a ayudarnos a llevar a cabo intervenciones que realmente lleguen a la audiencia consiguiendo que nuestro público nos recuerde como buenos oradores.

Podemos ser malos ponentes, mediocres o buenos comunicadores.

¿Cuál es tu decisión?



Author: lauramateo
Psicóloga y Community Manager

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