Un estudio de la UA confirma que el tratamiento no controlado de los residuos electrónicos produce efectos cancerígenos

Un estudio realizado por el grupo de investigación “Residuos, Pirólisis y Combustión” de la Universidad de Alicante, confirma que la mayor parte de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) no son tratados de forma adecuada. En este sentido, una vez reutilizados y reciclados en plantas de tratamiento, los aparatos electrónicos van a pasar a sistemas térmicos (incineradoras, cementeras, cerámicas…) donde los contaminantes presentes pueden ser destruidos en condiciones controladas. Desgraciadamente, apuntan desde el grupo de investigación, “la mayor parte de estos residuos no son tratados de forma adecuada y están siendo trasladados a países del tercer mundo donde son quemados sin ningún control produciendo contaminantes bromados, compuesto que tiene efectos cancerígenos. Otra pequeña parte de estos restos electrónicos llegan a los vertederos controlados de nuestro país, con el peligro que supone la emisión de sustancias cancerígenas provocadas por las combustiones espontáneas”.

Esta investigación forma parte de la tesis doctoral titulada “Descomposición térmica de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos: estudio cinético y formación de contaminantes”, defendida por Nuria Ortuño, del departamento de Ingeniería Química, bajo la dirección de los profesores de la UA Juan A. Conesa y Julia Moltó. Su principal objetivo es analizar el efecto que tiene la presencia de metales durante el tratamiento de residuos RAEE. “Durante los cuatro años de estudio, hemos observado que la cantidad de contaminantes bromados aumenta espectacularmente en presencia de metales y cuando las condiciones son de poca temperatura y poca presencia de oxígeno, puntos que son muy controlados en los sistemas de tratamiento térmico”, detallan.

Los residuos electrónicos habitualmente se depositan en los “Puntos Limpios” de cada ciudad o comarca. De ahí se llevan a recicladores autorizados para descontaminarlos y los separan por tipos como plásticos, metales… para su posterior reciclaje. Durante este proceso, explican, “existen materiales que en la actualidad no se puede reciclar y que, por tanto, también son susceptibles de producir efectos dañinos”.

Los últimos datos, obtenidos en 2012, apuntan que en Europa se generaron 9.9 millones de toneladas de RAEE. A nivel nacional, el dato asciende a 800 mil toneladas, el equivalente a 18 kg por habitante.

(Fuente: http://s.ua.es/sMfn)



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