- 16 abril, 2013
- Publicado por: admin
- Categoría: Actualidad
Un bono es una obligación por la cual el agente que lo emite, que es el que necesita fondos, se compromete a devolver una cantidad de dinero en el futuro al inversor o agente que adquiere ese bono; básicamente se trata de un préstamo.
La rentabilidad de un bono es un tipo de interés. A ese tipo de interés también se le conoce como TIR o Tasa Interna de Rentabilidad. De forma muy simplificada, la TIR es la diferencia entre el valor que me devolverán al vencimiento de un bono y su precio actual de compra expresado en porcentaje. Un ejemplo numérico sencillo: precio de compra de un bono = 95 y valor de reembolso dentro de un año = 100; en este caso la rentabilidad o TIR a vencimiento será (100-95) / 95 = 5,2%. En este ejemplo se puede apreciar cómo se entrelazan los conceptos de TIR y precio. Y es que la TIR es otra forma de expresar el precio de un bono.
Siguiendo con ese ejemplo, si suponemos que el precio de compra del bono cae desde los 95 hasta los 90 euros como consecuencia de un aumento del riesgo vinculado al emisor, la rentabilidad esperada hasta vencimiento, la TIR, se elevaría hasta el 11,1% (sustituyendo 95 por 90 en la anterior fórmula). Por lo tanto, es evidente que la TIR y el precio de un bono guardan una relación negativa: cuando uno se incrementa, el otro se reduce. Además, ambos parámetros dependen en última instancia de su riesgo asociado.
(Fuente: artículo de Miguel Arregui en http://www.huffingtonpost.es/miguel-arregui-navarro/la-rentabilidad-de-los-bo_b_2621282.html?utm_hp_ref=economia-para-no-economistas)