- 28 enero, 2012
- Publicado por: admin
- Categoría: Actualidad
Ha fallecido José Luis Serna, Presidente de TM-Grupo Inmobiliario, socio y anterior Presidente del Círculo de Economía de la Provincia de Alicante.
José Luis ha sido todo, un gran padre de familia, un gran empresario, un innovador, un convencido de la importancia de la cooperación para salir adelante. El pasado jueves por la tarde en el Casino de Torrevieja, en su ponencia en el marco de la mesa redonda sobre “Turismo y modelo de desarrollo en el litoral de la Vega Baja”, mostraba una vez más su compromiso con esta tierra a la que tanto quería.
Pero de todas sus facetas, queremos recordar hoy una: Ha muerto José Luis Serna, un hombre bueno.
Descansa en paz.
Hoy es especialmente adecuado un poema eterno, escrito por otro oriolano ilustre, Miguel Hernández, precisamente el mismo año en que nacía José Luis.
ELEGIA A RAMÓN SIJÉ
.
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha
muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien
tanto quería.)
.
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas…
de almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
(1 0 de enero de 1936)