- 18 septiembre, 2012
- Publicado por: admin
- Categoría: Actualidad
Rayo McQueen, rojo, guapo y talentoso, es un joven coche de carreras que sufre el síndrome de la estrella: quiere imponer sus reglas (al fin y al cabo le han llevado a ser una figura), antepone sus intereses a los del resto, cree que no necesita ayuda, no advierte de sus límites… Tanto, que se pasa de frenada y destroza la carretera de un pueblo.
El juez le obliga a reparar los daños. Mientras trabaja, un viejo coche le desafía. La chulería del joven le lleva a infravalorar los riesgos de una curva y a perder. La desilusión es tanta que reajusta la percepción de sí mismo, aprende del rival y conoce a vehículos que formarán el equipo que le llevará a la victoria.
Recomendaciones: los intereses de la estrella deben coincidir con los del grupo para que unos y otros cooperen. Lo peor que puede pasar es que el galáctico no se dé cuenta de que forma parte de algo más grande que un proyecto personal.
(Fuente: art. de Luis Ansorena en Cinco Días http://www.cincodias.com/articulo/directivos/aprenda-pacino-sera-buen-lider/20120818cdscdidir_1/)